Con el diablo adentro – Crítica

“El diablo adentro –decía aquella canción de INXS–, cada uno de nosotros tiene el diablo adentro.” Y en esta película el diablo se las arregla para habitar no sólo en la madre de la protagonista –una chica que ha viajado desde los Estados Unidos hasta el Vaticano, tratando de descubrir la verdad sobre cómo la señora terminó en el siquiátrico tras asesinar a 3 personas en un supuesto exorcismo–, sino en literalmente la mitad del reparto de una cinta cuyos escasos méritos se reducen a un par de sustos genéricos, y a esa inquietante escena en la que la contorsionista Pixie Le Knot hace una de las más perturbadoras representaciones de una posesión desde que Linda Blair hiciera lo propio para El exorcista… y sin efectos especiales de por medio.

Resulta increíble constatar que, casi cuarenta años después, la película de Friedkin continúe siendo la marca a superar en lo que a posesiones satánicas se refiere, algo que Con el diablo adentro claramente no consigue. Y lo cierto es que la anécdota daba para más: ahí tienen al par de sacerdotes rebeldes que se dedican a exorcizar gente a escondidas, frustrados por la forma en que la Iglesia requiere pruebas fehacientes de posesión para autorizar un exorcismo, y la manera en que la actividad demoníaca afecta los monitores y cámaras de video resulta novedosa, e inquietante.

Y sin embargo, nada hay aquí que no se haya hecho mejor antes, y la película pasa revista a los lugares comunes del género sin hacer el menor esfuerzo por darles la vuelta: allí están los posesos que hablan en lenguas y las blasfemias, esas grabaciones que revelan otras voces en segundo plano y, por supuesto, la sorna con que el poseído de marras se ríe de los esfuerzos por correrlo de la señora Rossi. Todo resulta inútil –tanto para el demonio, como para el espectador.

Si a todo esto le agregamos que se trata de aún otra película del género grabada en estilo found footage, una suerte de mockumentary limitado por lo que las cámaras de video y vigilancia pueden registrar de forma verosímil, la verdad es que pocas razones quedan para recomendarla. Dicen por ahí que el diablo está en los detalles, y las sutilezas de la cinematografía, del drama en un guión bien construido y de las caracterizaciones que posee un filme como El Exorcista simplemente están ausentes de una cinta que presume de llevar el demonio adentro… pero que no podría encontrarse más vacía.

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Antonio Camarillo Periodista y cineasta, es colaborador de Cine PREMIERE desde el año 2002, conductor de Horroris Causa en UAM Radio 94.1 FM y miembro del equipo de Mórbido: Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror. Actualmente imparte las materias de Narrativa, Guionismo y Géneros Cinematográficos en SAE Institute Mexico, así como talleres de guion para cortometraje.