Con licencia para limpiar
Con licencia para limpiar es ideal para poner el cerebro en un conveniente punto muerto durante 84 minutos.
Algo anda mal cuando los dos minutos de bloopers en los créditos finales son lo más divertido de una película y las coestrellas del protagonista tienen como escena memorable una batalla en una tina con burbujas. Eso es Con licencia para limpiar.
El asunto no pintaría tan grave de no ser por un detalle: pareciera que los involucrados sí se divierten (uno como espectador no tanto, desde luego) en esta comedia con secuencias de acción malhechotas y disparejas, que sigue las andanzas de un intendente involucrado en el robo de un chip para videojuegos. Ideal para poner el cerebro en un conveniente punto muerto durante 84 minutos.
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