El asesino de John Lennon – Crítica
Sólo para fanáticos masoquistas de John Lennon. O bien, para adictos al mal gusto, aunque hay algunas tomas hermosas de un campo de centeno mecido por el viento.
El guardián en el centeno, novela de culto y obra maestra de J. D. Salinger, tiene 26 capítulos y está narrada en primera persona por su protagonista, el inolvidable Holden Caulfield, inspiración y rara figura tutelar de muchos. El debut cinematográfico del alemán J. P. Schaefer, está basado en Let Me Take You Down: Inside the Mind of Mark David Chapman, the Man who Killed John Lennon, una biografía sensacionalista del asesino del famoso Beatle. ¿Por qué, entonces, se llama Chapter 27? Porque pretende narrar, en off y con la molesta voz de Mark David Chapman, disfrazado de Holden Caulfield y encarnado por Jared Leto, los tres días que anteceden al asesinato de John Lennon en Manhattan.
La película busca meternos en la mente del homicida. Hacerlo, de algún modo, humano. Buscar nuestra simpatía, acaso nuestra compasión hacia él. Pero este filme no lo consigue. Una cosa es Tony Soprano, genial personaje de ficción, también sociópata, y otra Mark David Chapman, personaje real, magnicida.
Filme oportunista y antipático, un biopic sin mayor trascendencia, Chapter 27 atenta contra la novela de Salinger y la magnífica voz de Caulfield. No entendemos su búsqueda. ¿Satanizar El guardián en el centeno, decir que la obra contenía en sí la semilla asesina que germinó en Chapman?
¿Mostrarnos el lado “humano” del sociópata a través del pálido histrionismo de Leto, cuyo único logro fue subir muchos kilos y dejar momentáneamente su look emo para parecerse al asesino de Lennon? No pasa mucho en la película, no más de lo que ya sabemos, y todo parece una excusa para recrear una época, filmar el edificio Dakota desde todos los ángulos posibles y enseñarnos la disfuncionalidad emocional del criminal. Aparece por allí Lindsay Lohan en el papel de Jude, una fan del Beatle que espera su manifestación en el umbral del edificio. Jude se relaciona brevemente con Champan. Y se desvanece, sin siquiera ser testigo del momento en el que el sociópata le dispara a la estrella de rock. Es decir, Lohan como relleno. Paja más que centeno, la película es de una intrascendencia pasmosa.
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Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.
