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Cine

El búfalo de la noche

21-07-2008, 11:15:21 AM Por:
El búfalo de la noche

Filme lleno de símbolos que, sin embargo, no cuajan con los poco explícitos conflictos. A pesar de la diluida motivación de su personaje, Diego Luna sale a flote.

Cine PREMIERE: 2.5
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A veces, lo que es luminoso, al menos medianamente nuevo, en la literatura, adolece en su traslado al celuloide. Tal es el caso de la mudanza que de El búfalo de la noche, la novela homónima de Guillermo Arriaga realizó el mismo autor, asistido por el director venezolano Jorge Hernández, quien con un sentido estético notable se las arregla para lograr cierta coherencia con los retazos de historia ofrecidos.

Gregorio, un joven esquizofrénico, se suicida, pero antes deja un sembradío de minas en el affaire de su mejor amigo Manuel (Diego Luna) y su novia Tania (Liz Gallardo), enredados con piernas y alma en una descarnada relación que encuentra su reducto en las sábanas de un motel. De ahí, y en una suerte de collage de temporalidades que se embrollan, el filme emprende un descenso que, como en otros libretos de Arriaga, se acerca al infierno del melodrama y se aleja pasmosa, sordamente, de cualquier viso trágico –es más Babel que Los tres entierros de Melquíades Estrada, digamos–.

Aquí, el concepto “fiel adaptación” deja de ser un halago y se torna en el Talón de Aquiles: la cinta es un escaparate del horror adolescente cargado de metáforas que, con la ausencia del narrador omnipresente, se evidencian forzadas. Diego Luna, el de ojeras prominentes y famélico abdomen, ofrece una interpretación que, si bien un tanto unidimensional y dubitativa, nace de las profundidades del instinto. Su transformación física a la Christian Bale en El maquinista espejea a un espíritu atormentado, sí, pero cuyas tribulaciones apenas se bocetan. Él, como el resto del ensamble, se nota perdido en los saltos genéricos de la cinta –ahora noir, ahora telenovelesca, ahora existencialista–.

Tan innecesaria como gozosa, empero, es la aparición de Camila Sodi en una viñeta inconexa donde juega, ninfa, al cazador y el cazado con el protagonista. Repleto de desnudos, el largometraje se aleja, contradictorio, del erotismo: los cuerpos se funden en un acto animal, tanático, barnizado de sudor/semen/sangre/saliva/orina, el mar que aquí inunda el devenir humano.

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autor Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.
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