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Cine

El fantasma de Madeline O’Malley

19-04-2012, 9:03:23 AM Por:
El fantasma de Madeline O’Malley

El director Ti West es ya una presencia ineludible en el panteón del género de horror.

Cine PREMIERE: 3.5
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La anécdota no podría ser más convencional, más rutinaria: empleados por un hotel que está por ser clausurado, Claire y Luke matan el tedio merodeando por sus corredores y husmeando por las habitaciones armados con una cámara de video y un micrófono, implementos esenciales en la búsqueda de algún EVP, o Electronic Voice Phenomenon. Sí, el Yankee Pedlar Inn tiene fama de estar embrujado –Madeleine O’Malley, el fantasma del título, se habría suicidado ahí justo el día de su boda–, y ésta sería para ambos la perfecta oportunidad de capturar una evidencia de su espectral presencia en el viejo y solitario hostal.

Por supuesto, “de rutina” es quizás el calificativo más temible en un género de por sí formuláico, signo a la vez de atención a la reglas y de falta de rigor al obedecerlas. En el caso de El fantasma de Madeleine O’Malley, sin embargo, es justamente el tedio de las convenciones, de esos lugares comunes, el punto de partida de una historia que resulta así familiar e insólita, genérica pero inequívocamente personal. Producida por el incansable Larry Fessenden –responsable también de la peculiar Tierra de vampiros– y dirigida por Ti West, el mayor atractivo del filme se encuentra en esos tiempos muertos en que habitan Claire y Luke, seres de carne y hueso en cuya compañía aguardamos la aparición de algún espíritu: ella –interpretada por Sara Paxton, mal aprovechada en cintas como Terror en lo profundo–, una chica despreocupada, audaz pero vulnerable; él, un necesario contrapunto a su entusiasmo. Es rara la cinta del género que se molesta en intimar así con sus personajes, y el director consigue aquí a dos protagonistas entrañables, y a quienes desarrolla con singular esmero y paciencia mientras que los espantos no se ven por ningún lado. Y es que el Yankee Pedlar Inn está embrujado, sí, pero son ellos quienes deambulan por los corredores y habitaciones como almas en pena –no, no es spoiler, literalmente parecen almas en pena.

West sabe bien a qué hemos venido, sin embargo, es su familiaridad con el género y sus reglas lo que le permite construir la inquietante atmósfera que posee el filme. Los aficionados al género reconocerán en él al responsable de filmes como The Roost (2005), Trigger Man (2007) y la extraordinaria The House of the Devil (2009) –su secuela de La cabaña sangrienta no cuenta–, una filmografía que parecería poseída por el espíritu del mejor cine de horror de los 70 y 80, y aquí Ti se las arregla de nuevo para rendir un sincero homenaje a ese cine sin tener que invocar recursos de moda como el found footage o el sarcasmo a la Scream.

Quizás el tono contenido y reservado de la película no sea lo que muchos fanáticos del terror andan buscando –y, de hecho, el mismo director no logra satisfacer del todo las expectativas generadas a lo largo de una cinta que resulta, al final, un tanto confusa y ambigua. Pero Ti West es ya una presencia ineludible en el panteón del género –y un filme como El fantasma de Madeleine O’Malley, el más acabado ejemplo de lo que podemos esperar de este muy vital y provocador cineasta.

Ve el trailer de El fantasma de Madeline O’Malley.

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autor Periodista y cineasta, es colaborador de Cine PREMIERE desde el año 2002, conductor de Horroris Causa en UAM Radio 94.1 FM y miembro del equipo de Mórbido: Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror. Actualmente imparte las materias de Narrativa, Guionismo y Géneros Cinematográficos en SAE Institute Mexico, así como talleres de guion para cortometraje.
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