El niño con el pijama de rayas – Crítica

¿Cómo le explicas a un niño la crueldad que existe en el mundo? ¿Cómo le adviertes que hay gente dispuesta a lastimar a otros por una razón tan estúpida como su raza, como su religión? Porque a los 10 años cualquier extraño es un amigo en potencia, el patio es una pista de aterrizaje, el bosque está encantado, tus brazos son las alas de un avión, tus amigos son para siempre y tu padre es el héroe. Porque a los 10 años, el bien siempre le gana al mal.

Situada durante uno de los episodios más penosos en la historia, la película de El niño con el pijama de rayas es la historia de Bruno, el hijo de un oficial alemán encargado de un campo de concentración, y Shmuel, un jovenzuelo de su misma edad que vive dentro de “la granja” y con quien inexplicablemente no puede jugar. Cuidadosamente construida hacia un final aterrador, es relatada exclusivamente desde el punto de vista de Bruno y logra balancear efectivamente la mirada mágica de un niño y las escalofriantes verdades a las que se tiene que enfrentar.

Y es que alguien a esa edad jamás entenderá qué puede ser tan terrible para que su amigo esté encerrado, así que no lo está, simplemente ahí es donde vive. Detrás de esa reja y vestido con esa pijama de rayas. Él no tiene parámetros para asimilar que su propio padre sea un monstruo al que hasta su madre le llega a tener miedo, y que ese uniforme que tanto admiraba, sea en realidad sinónimo de destrucción.

La película de El niño con el pijama de rayas trata sobre la pérdida de la inocencia, sobre la magia en los ojos de un pequeño y su inevitable despertar. Pero es engañosa, pues parecería (a primera vista) que estamos ante una película más sobre la familia, sobre superar los obstáculos y sobre jugar a que “esto realmente no está pasando”. Pero sí está pasando, y desde los ojos de Bruno –o de nosotros mismos, como adultos–, no lo comprendemos ni encontramos algún sentido.

A pesar de que por momentos se regocija en el melodrama, es desgarradora como pocas y a nadie debe sorprender su estreno en esta época en que todos lanzan sus mejores apuestas en busca del hombrecillo de oro. Particularmente en el área de actuación, vemos a un reparto estupendo compuesto por Vera Farmiga (Los infiltrados), David Thewlis (Harry Potter y la Orden del Fénix) y los jovencitos debutantes Asa Butterfield (Bruno) y Jack Scanlon (Shmuel). Un poco La lista de Schindler y un poco El laberinto del Fauno, es una cinta para adultos, relatada en el lenguaje más inocente y sencillo de todos: el de la niñez.

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J. Ivan Morales Escritor, director de cine y director editorial en ésta, su amigable vecina publicación de cine, Cine PREMIERE. Nunca perderá la esperanza de una segunda temporada de Studio 60 on the Sunset Strip y Firefly.