El planeta de los simios (1968)
La cinta que lo originara todo.
El prólogo de El planeta de los simios nos ubica perfectamente en el universo al cual estaremos a punto de entrar: el Coronel Taylor, quien se encuentra en una misión espacial a bordo del Icarus después de 6 meses en hibernación, les pregunta a los habitantes de la tierra futura a través de una grabación: ¿El hombre se sigue matando entre sí? ¿Sigue dejando morir de hambre al hijo de su vecino?
En un principio los 3 astronautas (la única mujer, Stewart, muere en la nave) creen haber aterrizado en un planeta desconocido. Taylor, quien carece totalmente de fe en la raza humana, es capturado por gorilas parlantes y los únicos humanos parecen no haber evolucionado además de ser estudiados por los científicos de la zona, en este caso chimpancés. Pronto, como le sentencia el Dr. Zaius, Taylor encontrará su destino.
Poco antes de estrenarse 2001: Odisea del espacio, este mundo pesimista con simios capturando humanos cual bestias y fotografiándose con sus trofeos, fue –y sigue siendo– una excelente crítica social hacia la naturaleza del hombre de destruirse a sí mismo.
Tomando la premisa de la novela del francés Pierre Boulle, Rod Serling y Michael Wilson logran una adaptación con gran intimidad no sólo a los temores de la época, sino a los de ellos mismos: 10 años atrás, Wilson había pertenecido a la lista negra del gobierno de Estados Unidos por supuestos nexos con el comunismo.
La sutileza con la que se va desarrollando la historia nos va presentando de una manera muy detallada los niveles de esta nueva sociedad simio, dejando ver un pequeño guiño a lo que será Caesar, así como nuestro lugar en la escala evolutiva.
Por su parte la actuación de los chimpancés Cornelius (Roddy McDowall) y Zira (Kim Hunter) sobresale como la pareja amante de la ciencia y la verdad, dispuestos a ser condenados por herejía. Mientras que el misterioso y hermético Dr. Zaius (Maurice Evans) es un digo contendiente para Charlton Heston, quien busca junto con Nova (Linda Harrison) un nuevo lugar para vivir, hasta que descubre la terrible verdad.
El discurso de El planeta de los simios no sólo resulta impactante en cuanto a su ejecución sobre un mundo donde los humanos están en un rango menor en la escala evolutiva, sino que cierra su historia con uno de los mejores finales en la historia del cine, dejando así al Coronel Taylor completamente devastado por el ego del ser humano y nosotros con la boca abierta por ese último cuadro.
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Sergio López Aguirre Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.
