Identidad substituta

En un futuro cercano, la gente dejará de salir a las calles gracias a los sustitutos: robots físicamente perfectos que pueden ser controlados mentalmente desde el hogar. Curiosamente, estos androides que fueron desarrollados para ayudar a personas con discapacidad, han distorsionado a la sociedad, que los utiliza para crear una imagen perfecta de sí misma. Por si esto fuera poco, el desarrollo de un arma que puede aniquilar a los usuarios al destruir a los sustitutos, ha puesto en riesgo a todos aquellos que los usan –nada más el 98% de la humanidad–.

En un mundo saturado de chats, redes sociales y juegos que te permiten ser otra persona, el filme podría resultar interesante y repleto de acción ante la presencia de Bruce Willis. Aunque el veterano actor demuestra que aún mantiene ese aire de explosividad en algunas secuencias emocionantes, e incluso hace su mejor esfuerzo por conmover a la audiencia en algunos momentos dramáticos, la historia termina llena de huecos, con una trama predecible y una visión del futuro que intenta ser temible, pero nunca lo consigue. Por si esto fuera poco, el filme se encuentra repleto de absurdos, como los usuarios saturados de acné, los opositores de los sustitutos que viven en copias de comunidades menonitas o el muy particular peinado de Bruce Willis –hasta Nicolas Cage lo envidiaría–.

Al final, uno termina decepcionado ante lo que pudo haber sido un gran filme de ciencia ficción, pero que cayó en manos de Jonathan Mostow, cuyo mayor logro sigue siendo ¿Terminator 3?

–Luis Miguel Cruz

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Clara Itzel Hernández Valladares Clara Itzel es una comunicóloga junkie de los animales, TV, cine, libros, tatuajes, pop culture, té & café. La pueden seguir en instagram (@MissClaraItzel) y leer en ElMoodRandom.com