La clase
Implacable retrato de la escuela pública (o lo que queda de ella), carente de coartadas que legitimen el alcance de un discurso que se impone por sí mismo.
Aún recuerdo la proyección casi clandestina de Recursos humanos en el Festival de San Sebastián de 1999 y cómo los escasos espectadores que asistimos a la proyección de esta poderosa ópera prima, salimos de la sala con la convicción de haber asistido al descubrimiento de un nuevo talento, el del joven realizador francés Laurent Cantet, quien finalizada la sesión fue saludado con un efusivo abrazo por su paisano Bertrand Tavernier, un gesto semejante en su simbolismo al que tiene lugar en el coso taurino cuando un matador novel toma la alternativa de manos de un maestro consagrado.
Han pasado diez años desde aquello y Laurent Cantet ha seguido engordando su filmografía con otras tres películas (L’emploi du temps, Vers le Sud y La clase), haciendo patente en todas ellas su sentido de la responsabilidad a la hora de abordar temáticas como las relaciones laborales, el turismo sexual o la degradación de la educación sin facilitar a la audiencia respuestas tranquilizadoras sobre fenómenos realmente inquietantes.
En La clase, el cineasta se sirve de los resortes del docudrama para ilustrar las tensas relaciones que tienen lugar en el aula de un instituto parisino (como lo demostraron los recientes conflictos, barril de pólvora en las interacciomes raciales) a lo largo del año escolar entre un maestro vocacional y su difícil alumnado. Algunos podrán acusar a la película de fría… pero nada más lejos: emociona, conmueve e impacta huyendo de todas las trampas habituales en este tipo de representaciones (piénsese en los dramas escolares made in Hollywood). En el espectador, eso sí, queda un poso de amargura al constatar las dificultades inherentes al proceso de aprendizaje en un escenario apocalíptico como el que ofrece un sistema de enseñanza pública que amenaza con desmoronarse tras el desprecio sistemático al que ha estado sometido por parte de los gurús del nuevo liberalismo.
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Clara Itzel Hernández Valladares Clara Itzel es una comunicóloga junkie de los animales, TV, cine, libros, tatuajes, pop culture, té & café. La pueden seguir en instagram (@MissClaraItzel) y leer en ElMoodRandom.com
