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Cine

Los pequeños Focker

21-12-2010, 1:06:01 PM Por:
Los pequeños Focker

El problema es que lo intenta demasiado, quiere hacernos reír a la fuerza y a como dé lugar.

Cine PREMIERE: 1.5
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Es deprimente que exista ya toda una generación de nuevos adultos que reconocen a Robert De Niro como “el señor ése de las comedias que creo antes hacía películas serias”. Y no porque la comedia, como género, sea algo que tengamos que ver con desdén o como una clase “menor” de cinematografía. Sin duda, algunas de las piezas claves del séptimo arte mundial son comedias: brillantes guiones inteligentes de chistes ácidos, simplones e incluso groseros. Algunos de slapstick, de enredos, de torpezas… Eso dicho, tengan por seguro que Los pequeños Focker no entra en ninguna de esas categorías. Y no porque no lo intente… vaya que lo intenta.

Esta tercera entrega, que gira alrededor de un malentendido entre  De Niro (quien todavía desconfía del Gaylord Focker de Ben Stiller), una vendedora de medicamentos interpretada por Jessica Alba, el mismo Stiller y los preparativos para la fiesta de cinco años de los gemelitos Focker, quiere igualar el éxito de comedias del pasado utilizando aquel viejo método de… copiarlas. Un chiste reciclado –no sólo de las entregas anteriores, sino de otras cintas de los últimos 15 años– tras otro, la película avanza y uno casi puede sentir a los realizadores cruzando los dedos, esperando que el público nunca antes haya visto algún otro filme.

Como ejemplo, en una de las escenas que, supongo, más carcajadas deberían inspirar, vemos a Ben Stiller en el baño en una posición comprometedora que involucra las partes nobles de su coprotagonista. Cualquiera que nunca haya visto esa hilarante secuencia del cierre del pantalón (también en un baño) en Loco por Mary, quizás encuentre ésta más divertida que alguien con la mínima memoria cinematográfica.

Al final, el problema con Los pequeños Focker no es que sintamos una irreparable nostalgia por aquellos papeles icónicos de Robert De Niro (aunque es imposible no recordarlos cuando en ésta se pone a boxear y directamente menciona a El Padrino) o que Ben Stiller de repente haya dejado de ser gracioso. El problema es que lo intenta demasiado, quiere hacernos reír a la fuerza y a como dé lugar. Y la desesperación en una película, como en esos jóvenes que asocian a De Niro más con Jack Byrnes que con su Travis Bickle es, sencillamente, triste.

–Ivan Morales

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autor Mary Carmen siempre ha sido una ñoña... incluso antes de que se considerara cool. Fue editora de Cine Premiere 5 años y posteriormente saltó a las compañías de tecnología pasando por Comunicación en Google, siendo el Tío Netflix en Netflix y ahora ayudando a los famosos a usar Instagram, Facebook y Threads en Meta.
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