Los Tres Mosqueteros

Pobre Alejandro Dumas… si supiera lo que hicieron con su libro (SU libro), probablemente estaría revolcándose en su tumba. O peor aún: para toda una nueva generación, el legado de su obra maestra no será el honor, la gracia de la espada, ni tampoco la codicia salvaje de un hombre como el Cardenal Richelieu… no, para todos los menores de 15 años que vean esta adaptación, Los Tres Mosqueteros serán sinónimos de ninjas, barcos voladores y Dragon Ball.

Ven, pobre Alejandro Dumas.

O mejor dicho, pobres de nosotros que tenemos que estar casi hora y media frente a la pantalla viendo cómo el director Paul W.S. Anderson destroza este clásico con tres elementos que, desde el inicio del filme deja en claro su objetivo: gastar el dinero de miles de padres que llevarán a sus hijos a ver este intento de Piratas del Caribe+Wild Wild West+Sherlock Holmes. El primero: es deplorablemente atemporal (y ojo, no es que seamos puristas de la historia): globos aerostáticos, un lenguaje moderno y armas explosivas que fueron inventadas siglos después. No se necesita deformar una historia con estos asuntos mundanos para hacerla atractiva a nuevos públicos. Hace algunos años, Kevin Reynolds adaptó con seguridad y eficazmente El Conde de Montecristo, sin alterar la esencia principal de Dumas: la venganza y la redención. Segundo punto: ¿quién sigue usando bullet-time? Matrix ya cumplió doce años, y filmar bajo este tipo de técnica alguna escena de acción es un recurso vulgar que denota falta de imaginación. Y el tercero: las palomitas tendrán más personalidad y carisma que los protagonistas. El dicho de “Todos para uno, y uno para todos” se cumple cabalmente… todos los mosqueteros (Matthew Macfadyen’s Luke Evans, Ray Stevenson y Logan Lerman) son insípidos, con frases trilladas y D’Artagnan parece que es un estudiante de intercambio cuya arrogancia es tan forzada como el estereotipo que ha creado Orlando Bloom entorno a su persona: ¿por qué en todas sus películas deben existir espadas, pólvora y vestidos de época?, ¿será una cláusula de su contrato?

A pesar de esto, Los Tres Mosqueteros es, a nivel técnico y visual, lo opuesto a su calidad histriónica. Los efectos especiales se notan bien cuidados, algo que ha caracterizado a Anderson en su filmografía, sobre todo en la saga de Resident Evil; por su parte, el 3D es estético y bien planificado: las secuencias de espadachines y/o explosiones saltan de la pantalla intencionalmente, vale la pena pagar el boleto (sin contar las escenas de Milla Jovovich en corset). Y hablando de este punto, la dirección de arte y vestuario merecen una mención aparte: son lo mejor de esta obra… pero es un poco humillante que una en una cinta de aventuras-y-acción, lo que valga la pena sea la representación de la moda y el arte parisino del siglo XVII. Vaya, ni Christoph Waltz puede rescatar a esta cinta de una herida mortal.

Y lo peor: es la primera de una saga que es literalmente inevitable. Cuando vean “el final”, van a entenderlo.

Pobres, pobres de nosotros.

–Josue Flores Corro

Ve el trailer de Los Tres Mosqueteros.

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Clara Itzel Hernández Valladares Clara Itzel es una comunicóloga junkie de los animales, TV, cine, libros, tatuajes, pop culture, té & café. La pueden seguir en instagram (@MissClaraItzel) y leer en ElMoodRandom.com