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Cine

Nueva York en escena – Crítica de la película

28-08-2009, 3:30:26 PM Por:
Nueva York en escena – Crítica de la película

Se trata de la vida. Del poco sentido de todo, de lo absurdo de nuestra existencia, pero también se trata de la búsqueda de algún fin.

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Antes de decir qué es, les diré qué no es Nueva York en escena: no es una historia sobre el teatro. Aunque eso les dirán algunos. El protagonista es un director (¿directores?) de teatro, pero su profesión es relevante sólo en el sentido de que hace, o intenta hacer, lo que todos desearíamos: dirigir nuestra propia vida y a la gente en ella. Pero las personas que nos rodean, como las que rodean al Caden de Philip Seymour Hoffman a lo largo de los casi 40 años que abarca la trama, son en realidad invenciones de él mismo. Invenciones de nosotros mismos. Vemos lo que queremos ver e intentamos manipularlos a que hagan lo que nosotros creemos es lo correcto. Y a veces es necesario dar un paso hacia atrás, salirnos de nosotros mismos e inventarnos ser alguien más, para poder ver el gran plan. La sinécdoque del título original: ver al todo, por sus partes. Y así, si el protagonista es hombre, mujer, joven o viejo, es irrelevante. Simplemente es. Es lo que los demás quieren que sea, lo que la otra gente cree que es y es lo que él quisiera ser. La pregunta clave, sin embargo, persiste: ¿Quién soy? ?

No hay duda que Kaufman buscaba lograr dos cosas con la primera cinta que dirige él mismo. En primer lugar, confundirnos. Que a través de esa confusión descubramos cosas sobre nosotros mismos y lo absurdo de la existencia. Pero es una confusión falsa, porque en realidad no hay nada de confuso. En realidad es muy simple, pero es difícil de destilar. Como diría un personaje de una cinta mucho, mucho, más fácil, «hay verdad, pero no hay lógica». Y en segundo, que la veamos dos veces por lo menos. La primera vez es demasiado, es una sobrecarga de Kaufman, por ponerlo de alguna forma: Kaufman puro, sin pasar por el filtro de Gondry o Jonze.

??Cada quién verá y entenderá lo que quiera. Y ése es el punto. Los personajes que vemos aquí se confunden porque no ponen atención, escuchan una palabra cuando se dijo otra, no ven cosas que están justo enfrente e ignoran el fuego que los rodea porque su vida les acomoda. Igual nosotros, como pocos filmes en el pasado, –quizá un poco como Play Time (1967) de Jacques Tati–, Nueva York… depende casi tanto del espectador como de ella misma. ?

En corto, podríamos decir que se trata de la vida. Del poco sentido de todo, de lo absurdo de nuestra existencia, pero también se trata de la búsqueda de algún fin. De ser algo más de lo que somos. Porque al final del día, todos somos Caden Cotard: escuchamos lo que queremos escuchar, vemos lo que queremos ver y entendemos lo que queremos entender.

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autor Escritor, director de cine y director editorial en ésta, su amigable vecina publicación de cine, Cine PREMIERE. Nunca perderá la esperanza de una segunda temporada de Studio 60 on the Sunset Strip y Firefly.
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