Ruleta rusa: En vivo (otro punto de vista)

Ya en La muerte en directo (La mort en direct, 1980), la historia de un hombre cuyos ojos, transformados en cámaras de video, permiten transmitir en vivo y a todo color los momentos finales de la vida de una joven mujer condenada a una muerte inexorable, Bertrand Tavernier arrojaba una mirada acusadora a la naturaleza vouyerista del cine y la televisión, a los ojos del espectador como ventanas de un alma que se revela, de tan vacía, sedienta de cualquier cosa que pueda llenar el hueco. Como la sangre.

Y es que, ¿qué movía si no a aquellos hombres y mujeres a apostarse frente al cadalso, en la guillotina o ahí, en las primeras filas del Coliseo Romano? Lo que para Tavernier era ciencia ficción –un mundo en el que la mirada de los medios alcanza los resquicios más íntimos de nuestras vidas– resulta hoy decididamente visionario, rebasado incluso por los excesos del reality show moderno. Quizás sea por ello que la anécdota de Ruleta rusa en vivo –Katy, la pragmática gerente de programación en una cadena de TV, decide que ver a seis sujetos jugando ruleta rusa en televisión haría un buen programa– no sólo no sorprende, sino que se descubre alarmantemente real, y posible.

La idea, por supuesto, se encuentra lejos de ser nueva, explorada como ha sido ya en otras buenas películas –la también francesa Man bites dog, The Truman Show y hasta Crónicas, de Sebastián Cordero, vienen a la mente–. Y sin embargo, el tratamiento de falso documental que le da el director (Bill Guttentag, dos veces ganador del Óscar por sendos cortos documentales), el suspenso que se logra mientras el programa llega hasta sus lógicas conclusiones y, sobre todo, el revelador vistazo que echa el filme al teje y maneje de la industria televisiva se constituyen en los principales atractivos de una cinta que entiende muy bien la lección. Espectadores a fin de cuentas, quienes asistimos al show tan sólo queremos saber qué más pasa, hasta dónde será capaz de llevar Katy –y la película– su demencial propuesta. Todo ello, por supuesto, en el nombre del rating.

–Antonio Camarillo

Y el otro punto de vista de nuestro crítico Roberto Ortiz acerca del mismo filme.

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Clara Itzel Hernández Valladares Clara Itzel es una comunicóloga junkie de los animales, TV, cine, libros, tatuajes, pop culture, té & café. La pueden seguir en instagram (@MissClaraItzel) y leer en ElMoodRandom.com