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Cine

Sin nombre

23-04-2009, 12:02:58 PM Por:
Sin nombre

Nace una nueva voz en el panorama del cine mundial: una película cruda, sorprendente e íntima.

Cine PREMIERE: 4
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Es irónico que la cinta “mexicana” más conmovedora en el Festival de Sundance este año, haya sido una producción estadounidense dirigida por un cineasta de ascendencia japonesa. Habiendo desarrollado su proyecto en el Sundance Lab, el ganador del premio a Mejor director en la categoría dramática estadounidense, Cary Joji Fukunaga, es un gran talento con un buen futuro y es exactamente el tipo de descubrimiento que confirma que el festival todavía es relevante.

A diferencia de otras cintas sobre la experiencia de migrantes mexicanos o centroamericanos que se enfocan en los retos al llegar a tierras estadounidenses, Sin nombre (producida por Diego Luna, Gael García y Pablo Cruz) explora los peligros que existen al sur de la frontera. El resultado es una experiencia cinematográfica dolorosa, vibrante y fascinante de un cineasta primerizo.

Las primeras dos historias centrales siguen a Casper (Edgar Flores), un adolescente fuerte, y a la pequeña de doce años Smiley (Kristyan Ferrer), hacia las entrañas de la Mara Salvatrucha en Tapachula, Chiapas. Las cosas se ponen mal cuando Casper le miente al jefe de su pandilla para proteger a su novia (Diane García) y, poco después, tiene que escapar. Ahí es cuando su historia se cruza con la de Sayra (Paulina Gaitán), quien sueña con escapar de la realidad que vive al unirse a su papá y tío en el largo camino desde Honduras, a través de Guatemala y México, hasta los Estados Unidos.

Sin nombre es una incisiva y peligrosa road movie llena de vida y muerte, de esperanza y falta de la misma, todo tejido con el artilugio hithcockiano de dos extraños que se conocen en un tren, de frente al peligro. Los encuadres bajos que utiliza el cinefotógrafo Adriano Goldman, hacen que el tren luzca surreal y enorme, creando el mismo sentimiento de amenaza que en las escenas anteriores dentro del escondite de la pandilla. Fukunaga inyecta la pantalla con una inmediatez que nos hace sentir estar ahí. Además, encuentra una intimidad con sus actores que evoca la idea de una historia personal de dolor y vida: pareciera que su visión sólo podría venir de la experiencia. Es una ópera prima noble de un director de quien escucharemos mucho más en el futuro.

–Vera Anderson

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autor Clara Itzel es una comunicóloga junkie de los animales, TV, cine, libros, tatuajes, pop culture, té & café. La pueden seguir en instagram (@MissClaraItzel) y leer en ElMoodRandom.com
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