Tetro

La sangre que se derrama al talar un árbol genealógico es espesa, sucia y plagada de secretos. Algunas veces, la familia deja de ser una institución social, y se convierte en una condena, en un fantasma que nos enclaustra en remordimientos. Y la única manera en que podemos lidiar con las dudas y sobrevivir, es a través del arte.

Tetro es precisamente eso: una válvula de escape para los dos protagonistas de la cinta, un par de hermanos que se reencuentran en Buenos Aires, tras una década de abandono; como para el director Francis Ford Coppola, quien halla en esta historia semi-biográfica, una forma de experimentar con sus raíces fílmicas y presentar una tragedia griega moderna.

Coppola tiene esa maestría que se adquiere a través de los años: sabe balancear una estética narrativa (el filme seduce con sus flashbacks y una pizca de suspenso), con una brillante y hermosa fotografía en blanco y negro (no es exageración, el trabajo de Mihai Malaimare, es lo mejor que se ha visto en años).  Pero lo que hay que rescatar es el hecho de que Coppola vuelve a ser ese gran director-de-actores que conocimos hace varias décadas. La forma en que logra que Vincent Gallo encarne a Tetro, un escritor frustrado e inmerso en sus demonios, va más allá de un buen trabajo actoral: es el punto catártico para desplegar la trama de la cinta.

Gallo, con su mirada rapaz, comanda un reparto talentoso donde Maribel Verdú y el debutante Alden Ehenreich, son capaces de estar a la altura de este drama familiar, donde se explora la soledad que provoca un padre egoísta, cuya ambición artística nubla y condena el destino de sus hijos. Coppola, al igual que en su Rumble Fish (1983), indaga la relación fraterna entre dos extraños que deben aprender a respetarse porque comparten un mismo apellido; sin embargo ofrece subtramas más profundas y coloquiales. Coppola realiza un pequeño homenaje al teatro, cine y al arte en general, a través de la redención que sólo puede ocurrir al despertar sentimientos ajenos.

Tetro es una joya visual, una muestra de que la fotografía en blanco y negro no es un capricho estético, es un elemento narrativo para que Coppola pueda contar una parricidio fílmico y alejarse del cliché de gran director hollywoodense. ¿Quién dice que las leyendas no pueden involucrarnos en sus microcosmos personales?

–Josue Flores Corro

Ve el trailer de Tetro.

¿Te interesa el mundo del emprendimiento?
Conoce Emprendedor.com el medio lider en contenido de Ideas de Negocio, Startups, Finanzas, Noticias para emprendedores, Franquicias, Marketing, Inspiración, síguenos y proyecta lo que eres.

Clara Itzel Hernández Valladares Clara Itzel es una comunicóloga junkie de los animales, TV, cine, libros, tatuajes, pop culture, té & café. La pueden seguir en instagram (@MissClaraItzel) y leer en ElMoodRandom.com