Glee: Heart

Advertencia: Esta crítica contiene spoilers del episodio.

El día de San Valentín llegó a McKinley y, como era de esperar, trajo giros para todos los personajes. Lo bueno de este episodio (a diferencia de “The Spanish Teacher”) es que regresó más en forma a la trama general de la temporada –situación siempre bienvenida– y las historias avanzaron bastante.

Por un lado tenemos la gran trama de este tercer año: el inminente matrimonio de Rachel y Finn con todo y la esperadísima aparición de los señores Berry; finalmente Rory tuvo un poco de importancia gracias a su pelea con Artie por el amor de Sugar; los integrantes del glee club muy preocupados por saber con quién pasarán el día del amor; la llegada de Joe Hart (Samuel Larsen, el otro ganador de The Glee Project); el fatídico final de la relación entre Sam y Mercedes (con homenaje a Whitney Houston incluido); un poco de desarrollo para la relación entre Santana y Brittany; y un admirador secreto para Kurt. Como ya dije, en este episodio sí pasaron muchas cosas.

En esta ocasión, no se sintió que todas las tramas fueran hechas al aventón y sólo para librar el episodio, por lo menos no en las que de verdad importan. Fue una gran idea finalmente presentarnos a los papás de Rachel y más que fueran interpretados por Jeff Goldblum y el actor de Broadway, Brian Stokes Mitchell. Conocerlos sirvió para darle lógica a la historia de Rachel, pues ahora no es una novedad que sea como es. Lamentablemente esa importante trama del matrimonio se siente apresurada y vagamente incoherente. Sí, entendemos que viven en un pueblo pequeño, pero no por eso tiene lógica que dos menores de edad puedan casarse y creer que van a vivir de pura felicidad.

El otro importante giro llegó con la trama de Kurt (que, como siempre, tiene las historias más importantes) al esperar el regreso de Blaine, –a quien misteriosamente nunca va a visitar después de su cirugía… culpemos a Broadway por eso– y obtener un admirador secreto. Ahora, mucha gente veía venir el twist en la revelación sobre el enamorado secreto, pues la trama de Karofsky parecía inconclusa. El recurso de The God Squad, de igual forma se sintió muy forzado, pues su importancia radica en un conflicto del que ya sabíamos su final, era obvio que en una serie como Glee, la aceptación iba a ganar el argumento.

Musicalmente fue un episodio bastante irrelevante, ya que las canciones fueron pretextadas exclusivamente para la celebración del 14 de febrero y siendo realistas, el glee club falló en la tarea de encontrar las canciones de amor más grandes de la historia, excepto Mercedes. Quitando el número final con la sorpresa de Blaine (que irónicamente es el único número no romántico), los demás resultaron buenos de forma común.

Ya lo comenté varias veces –como en la review de “Hold On To Sixteen”– pero: ¿vieron que, de nuevo, Sue Sylvester no tiene nada que hacer en este episodio? Vaya, no es ni mencionada y aún así sigue siendo gran parte de la imagen del programa.

En fin, un episodio que claramente fue escrito para expandir la historia y preparar al público para la recta final de una temporada que ha mejorado considerablemente, pero aún no se sostiene. Así que gleeks, ¿qué les pareció? ¿Emocionados por los Regionales?

–Manolo García

¿Quieres ser un emprendedor o emprendedora?
Conoce Emprendedor.com el mejor contenido de Ideas de Negocio, Startups, Franquicias, e Inspiración, síguenos y proyecta lo que eres.

Staff Cine PREMIERE Este texto fue ideado, creado y desarrollado al mismo tiempo por un equipo de expertos trabajando en armonía. Todos juntos. Una letra cada uno.