Glee: I Kissed a Girl
El mejor episodio de la tercera temporada.
Ya se ha dicho antes, Glee tiene tiempo de haber dejado de ser lo que la hizo tan grande en sus inicios, pero es un hecho que se está levantando. Siendo sinceros, mejorar tampoco es una tarea muy difícil, partiendo de que la temporada anterior fue bastante mala.
En el séptimo episodio aptamente titulado “I Kissed A Girl”, nos topamos con el clímax de varias storylines que se han manejado en capítulos pasados y eso siempre es adecuado, pues ni se están arrastrando las historias, ni se están creando nuevas.
El tema principal del episodio va por la línea de la homosexualidad de Santana, quien finalmente deberá aceptarse a sí misma y evidentemente lo hará con la ayuda –aunque ella no la quiera- del glee club. Por otro lado, finalmente llega el día de las elecciones (con una pequeña trama de conspiración política que terminará con Rachel siendo castigada de estar en los seccionales); también tenemos el prohibido romance entre Puck y Shelby; la creciente demencia de Quinn Fabray, que cada vez está más loca; y la última historia que incluye al malévolo plan de Sue para destruir las artes escolares –además de robarse al amor de Coach Beiste– y como siempre, el camino a los seccionales.
La dirección de Tate Donovan (sí, el papá de Mischa Barton en The OC) es la adecuada para un episodio donde lo más importante son las historias; las actuaciones son lo que deben ser en Glee, pero sin duda, Naya Rivera sobresale del elenco al cargar con gracia el peso completo del drama de esta semana, con una interpretación sincera en un conflicto adolescente bastante realista.
Los números musicales son bastante sobresalientes, sobre todo la rendición del tema de Katy Perry que le da título al episodio, que es de esos números que son verdaderamente Glee; de igual forma la sorpresa de la semana se la lleva Dot-Maire Jones, mostrando a Coach Beiste en un mood cursi y dolido interpretando “Jolene” de Dolly Parton con todo el feeling del mundo.
El único problema, que de hecho ha estado presente siempre es Sue Sylvester, pues es notorio que los escritores están sufriendo para darle sentido al personaje. A veces es muy malvada, a veces nos da ternura, a veces tiene sentimientos, a veces pierde toda la coherencia… en fin, el puesto del villano a estas alturas sólo se siente repetitivo y poco original, pues al final, el conflicto de lograr o no ser un glee club bueno y exitoso, no necesita un villano como tal.
A mi parecer, “I Kissed A Girl” ha sido el mejor episodio del tercer año de Glee ya que logró balancear la música con la historia del mejor modo. Habrá que ver si la serie continua por este buen camino con los siguientes capítulos. Ojalá que así sea.
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Staff Cine PREMIERE Este texto fue ideado, creado y desarrollado al mismo tiempo por un equipo de expertos trabajando en armonía. Todos juntos. Una letra cada uno.
