La locura de Robert Pattinson brilla en Cannes 2019

Sentados en una mesa húmeda y diminuta, Robert Pattinson y Willem Dafoe se miran con recelo por encima de sus tazas llenas de alcohol. «Ayer te vi molestando a una gaviota», le dice Dafoe a su asistente con calma aparente, «mejor déjalas en paz, es de mala suerte matar una». Pattinson lo mira por un segundo y ríe socarronamente. «Esos son puros cuentos», responde. Acto seguido, la mano de Dafoe le asesta un golpe sorpresivo y desquiciado a través de la mesa: «¡MATAR UNA GAVIOTA ES DE MALA SUERTE TE DIGO!». 

La advertencia, sin embargo, fracasa. El personaje de Pattinson en The Lighthouse –un joven que acepta rotarse con un excapitán de barco para cuidar de un faro–  finalmente lo hace: mata a una ave hitchockiana, que lo ataca sin razón aparente. La muerte de la gaviota marcará el inicio de la tempestad y, con ella, del descenso a la locura de los dos únicos hombres que habitan esa isla de roca inhóspita, a finales del siglo XIX.

Filmada en blanco y negro y con un aspect ratio (1.19:1) que remite a las películas antiguas, The Lighthouse es el segundo largometraje del director Robert Eggers (escrito junto con su hermano, Max Eggers), quien sorprendió a la industria en 2016 con su ópera prima La bruja. Ubicada lejos del horror convencional, esta primera película destacó por su creación de atmósferas, su diseño de producción como elemento para crear tensión, así como por su inclusión de la literatura fantástica y del folktale. The Lighthouse, por su parte, podría considerarse un paso todavía más lejos, aún más apartado del horror fantasmagórico, y más cercano al terreno de las alucinaciones, el sopor, las pesadillas y la frustración del deseo no cumplido. 

Y si de perder la cabeza se trata, nadie como Willem Dafoe y Robert Pattinson para llevarlo a la pantalla. La crítica incluso ha afirmado, como es costumbre cada que Pattinson estrena una nueva película, que el actor británico se ha superado una vez más a sí mismo y que con The Lighthouse ofrece su mejor interpretación a la fecha. 

«Creo que nunca antes había ensayado como ensayé con Robert, fueron tres semanas ¿no?», preguntó Pattinson a Eggers. El director de The Lighthouse; sin embargo, le informó riendo que sólo había sido una, aunque para él seguro se sintieron como más. «¡¿Fue una?! ¡Claro que no! ¡Eso no es cierto!», dijo el actor sorprendido. «Bueno, pero como mi personaje empieza tan contenido y callado, tenía miedo de mostrar mucho en el ensayo, quería estar contenido, y construir esa presión para sacarla en el rodaje».

Para la filmación, el equipo de producción construyó cada uno de los edificios que se ven en pantalla, ya que utilizar una isla remota con un faro hubiera resultado muy difícil en cuestión de logística. En su lugar se colocaron al sur de Nueva Escocia: ahí construyeron un faro cuya luz podía verse a 16 mil millas. «El clima no tuvo piedad», dijo Eggers. «El viento soplaba tan fuerte que podíamos estar frente a frente y no podíamos oírnos entre nosotros. Pero no hubiéramos tenido el mismo resultado si no hubiéramos estado ahí, en ese clima, hay escenas en donde parece que tenemos máquinas de viento y lluvia, y aunque sí usamos un poco de ellas, los momentos más dramáticos fueron reales».

Mientras que en su ópera prima Eggers decidió explorar la figura de la bruja (aquella de los cuentos de hadas y los relatos populares), en The Lighthouse juega con la imagen de las sirenas, un elemento que se alinea con lo que sucede a sus personajes: después de todo, estas criaturas mitad pez se caracterizan por llevar a los hombres a la locura.

De hecho, la escena mas difícil para Robert Pattinson en The Lighthouse tuvo que ver con estos personajes: «La escena en la que corro hacia la sirena no se ve muy difícil o peligroso, pero de hecho lo fue. Estaba corriendo en rocas que eran como espadas, en un risco. Fue de las cosas más aterradoras que he tenido que hacer en mi vida. Literalmente sentí que mi vida estaba en mis manos cada vez que lo hice».

Por su parte, el momento mas difícil de Willem Dafoe durante el rodaje fue cumplir la pesadilla de muchos: «Sin hacer spoilers, no es agradable ser enterrado vivo», dijo riendo. El actor estadounidense también confesó que fue él quien buscó a Eggers para trabajar juntos, después de ver La bruja. 

Sobre los orígenes del proyecto, el director comentó: «Mi hermano tuvo la idea de hacer un filme sobre fantasmas en un  faro y a mí me dio mucha envidia no haber pensado en eso primero».

The Lighthouse fue presentada en Cannes como parte de la Quincena de Realizadores y será distribuida a nivel internacional por Focus Features.  

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Jessica Oliva Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.