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Cine

Sola contra el poder – Crítica

01-03-2017, 9:33:27 AM Por:
Sola contra el poder – Crítica

Jessica Chastain está formidable en el papel de una cabildera dispuesta a todo con tal de ganar. Sin embargo, eso no es suficiente.

Cine PREMIERE: 2.5
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Sin duda, la actriz Jessica Chastain es el punto fuerte de la película Sola contra el poder, de John Madden (El exótico Hotel Marigold). Más allá de ser un thriller político al que las elecciones de noviembre en Estados Unidos, como bien escribiera Sheila O’Maley, la hacen parecer de una época en la que los políticos todavía significaban algo. Como thriller, la película, escrita por el abogado Jonathan Perera, maneja bien las tensiones dramáticas e incluso por momentos resulta inquietante. Chastain, como la señorita Sloane del título original, una cabildera famosa por su determinación para ganar a toda costa, tiene una presencia fuertísima que lo mismo resulta atractiva que aterradora. Una mujer elegante y educada con un toque inocultable de oscuridad que aparentemente no tiene reparos morales de ningún tipo.

La historia se construye a partir de flashbacks. El primero de ellos regresa dos años, cuando Elizabeth Sloane testifica ante un subcomité del senado que investiga faltas al código de ética por parte de los cabilderos. Sometida a un interrogatorio sumamente desagradable por parte del senador Ron Sperling (John Lithgow), se le acusa de haber arreglado el viaje de un senador a Indonesia con tal de que votara una ley a conveniencia de los clientes de la firma para la que trabajaba entonces. Luego siguen otros saltos temporales que van explicando cómo es que Sloane llegó ahí y cómo termina todo el enredo. Claro, con una pequeña apostilla: el aparente quebranto de la mujer de hierro.

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En la película Sola contra el poder, Chastain está formidable como la fría y calculadora Sloane, quien sostiene que el cabildero debe anticiparse al siguiente movimiento de su oponente, calculando su respuesta antes de tiempo para que no se le tome por sorpresa. Tal concepto se repetirá varias veces a lo largo del filme y será una especie de leitmotiv. En uno de esos flashbacks, sabremos que Sloane rechaza hacerse cargo de una campaña proarmas que impulsa un grupo poderosísimo en términos políticos y económicos, algo muy conveniente para los ingresos de la firma. La molestia de su jefe, George Dupont (Sam Waterston), la orilla a aceptar la oferta de una firma mucho más modesta para situarse precisamente en el bando contrario, apoyando las iniciativas contra la venta de armas sin restricciones. Aunque sus métodos siguen siendo los mismos.

Sola contra el poder mantiene un ritmo que si bien no es vertiginoso, sí mantiene enganchado al espectador. Sin embargo, eso al final no es suficiente. Y aunque el reparto cuenta con actores sólidos, todos interpretan personajes bidimensionales carentes de profundidad, meros accesorios para una trama que presenta con ingenuidad una crítica al sistema político estadounidense. La bella actriz británica Gugu Mbatha-Raw, por ejemplo, tiene un papel importante como la joven Esme Manucharian, nuevo brazo derecho de Sloane, pero sin que el personaje cumpla algo más allá de una función argumentativa. Lo mismo ocurre con Lithgow, Waterston, Mark Strong (quien interpreta al nuevo jefe de Elizabeth) y Alison Pill (como Jane, la exbrazo derecho de la protagonista).

El final de la película Sola contra el poder acaba por hacer que todas las vueltas de tuerca, que todas las conexiones, que todos los elementos sorpresa (las tácticas y estrategias, vaya) acaben sostenidos por alfileres apenas funcionales para mantener el conjunto unido. La película se deja ver, es cierto, pero acaba por dejar a la deriva elementos a los que parecía daría un mayor peso, como la soledad de Sloane y su continuo uso de pastillas.

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autor Nadie quiere acompañarlo al cine porque come palomitas hasta por los oídos e incluso remoja los dedos en el extraqueso de los nachos. Le emocionan las películas de Stallone y no puede guardar silencio en la sala a oscuras. Si alguien le dice algo, él simplemente replica: "stupid white man".
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