Buscador
Ver el sitio sin publicidad Suscríbete a la revista
Cine

The Assistant – crítica de la película

12-01-2021, 1:59:37 PM Por:
The Assistant – crítica de la película

The Assistant, el debut en ficción de Kitty Green, da un paso certero hacia esas miradas más evolucionadas sobre el Me Too.

Cine PREMIERE: 4
Usuarios: 3
Votar ahora:

Con la erupción de los Me Too también vinieron, eventualmente, las representaciones en cine y televisión del movimiento y de sus historias, de sus sobrevivientes y victimarios. Las películas y series que han resultado de esas indagaciones incluyen narrativas ya hechas y convencionales, como la de El escándalo –en donde mujeres fuertes y temerarias se unen para derrocar al monstruo poderoso–; proyectos de TV desorientados como La Jauría –que en su afán por subrayar termina por replicar imágenes que refuerzan miradas violentas–; o miniseries como I May Destroy You, que problematiza a “la víctima” y le otorga una agencia que otros títulos le niegan. A veces simplistas y obvias, a veces más matizadas y sublevadas, las narrativas del Me Too están apenas en búsqueda de su lenguaje, de la mirada que no solo narra o explica o explota para el mercado, sino que también resiste. Miradas que escarban el terruño, como recientemente se lo oí decir a la escritora Gabriela Jáuregui.

The Assistant, el debut en ficción de la documentalista Kitty Green, da un paso certero hacia esas miradas más evolucionadas que escarban y exhuman estructuras no obvias, y lo hace no al narrar cruzadas formulaicas y atronadoras, sino como un aire helado y sutil que llega al centro de la Tierra. Ese centro, en el caso del abuso y la violencia sistemática, lo forman las maquinarias del silencio y la desensibilización, y eso es exactamente lo que vemos en 24 horas de la vida laboral de Jane (Julie Garner, Ozark), una aspirante a productora de cine que ha conseguido el codiciado trabajo de asistente en una compañía de producción. Es la primera en llegar, la última en irse; la que prende las luces, hace el café y prepara todo para la llegada de los de arriba. También es la que recoge y guarda con cuidado los aretes y otros objetos femeninos que encuentra tirados en la oficina de su jefe: vestigios incómodos de la noche anterior. Jane los descubre con rostro de confusión y conflicto, pero continúa con sus tareas en silencio. Lo que Green dibuja con su sensibilidad documentalista es una cotidianidad, la célula, la unidad más pequeña de un sistema violento y tóxico. Muestra cómo, a nivel del piso, en el que vivimos nuestra cotidianidad, la violencia no siempre es obvia.

Julie Garner protagoniza la película The Assistant, de Kitty Green.

Se ha hablado bastante del carácter silencioso y oblicuo de la cinta como uno de sus principales méritos. De cómo nunca nos muestra bien al agresor a cámara, a ese monstruo únicamente presente como una voz que amedrenta a la protagonista por medio de mails y llamadas telefónicas. Ella, “afortunadamente”, no es “su tipo”, según le informa un ejecutivo, así que el abuso toma un cariz distinto: “soy así contigo porque quiero impulsarte”. Las agresiones sexuales solo son sugeridas, pues todo se narra no desde el punto de vista de las mujeres que entran y salen de la oficina del agresor, sino de Jane, una empleada nueva, que empieza a notar dinámicas que la alarman –como cuando llega una nueva asistente, demasiado joven y sin experiencia, a quien su jefe coloca en un hotel–. Jane tiene miedo de perder su trabajo y, más aún, de echar por la borda su carrera naciente en una industria que castiga a quienes hablan en voz alta de los atropellos.

El cambio de punto de vista es interesante, como se ha dicho ya, pero este desplazamiento de perspectiva adquiere su potencia en el hecho de que Jane es nueva, y Kitty Green aprovecha esto con una escritura fina para desenterrar cómo es que el sistema se reafirma a sí mismo y opera en sus nuevas integrantes. The Assistant no solo es una película sobre violencia, es una película sobre un rito de paso. O, mejor dicho, sobre los ritos de paso que las estructuras tóxicas imponen para reforzarse a sí mismas.

En la película The Assistant, Jane acude al representante de Recursos Humanos, interpretado por Matthew Macfadyen.

Jane es un personaje callado y reservado, pero a medida que la cinta llega a su final también entendemos que adentro de ella ha empezado a construirse otro tipo de silencio, más profundo y trágico. La corporación quiere orillarla a irse despojando de algo, de su voz, de sus conmociones. Para ser una productora debe desacoplarse de sí misma.

La película me hizo pensar en un ensayo reciente de Vivian Abenshushan, en el que habla de lo que sucede al interior de los talleres literarios, espacios de machismo rampante. En ellos, las mujeres jóvenes que quieren dedicarse a escribir usualmente reciben también otro tipo de entrenamiento, uno que construye silencio a cambio de potencia: ahí se les incita a engrosar la piel ante insultos y violencias, y esa es su forma de “demostrar” que quieren ser escritoras, que tienen lo que se necesita para serlo. Con referencias a Rita Segato, Vivian habla de este tipo de formación como una suerte de aduana, que las obliga a dejar su sensibilidad en la puerta. El taller –o, en el caso de The Assistant, la corporación– se convierte en una escuela de la desensibilización. Aquella que se indigne, hable o conmueva es digna de sospecha. «La jovencita intenta no llorar. Acaso lo logre o lo posponga. Acaso vuelva la próxima semana convertida en otra. Quizá incorpore los comentarios, quizá haga suya la crueldad y, en el futuro, cuando ella misma se convierta en tallerista o tutora, se alce como nueva autoridad frente a otras jovencitas y las oprima», escribe Vivian. Quizá, en el futuro, Jane también haga suya a la crueldad cuando se convierta en productora; quizá no, y acabe por abandonar la industria. La cinta carece de estas conclusiones o respuestas, resiste a esos caminos convencionales.

El actor

La cámara no abandona a Jane. Obtenemos pequeñas dosis de información tanto en los detalles, como en el rostro de la actriz: la tensión y la vulnerabilidad que sabe llevar bien a las líneas de su cara, de su boca, de sus ojos. Antes de que la protagonista se atreva a balbucear sus preocupaciones, Green ya ha construido con pequeños elementos y situaciones la atmósfera helada y deshumanizada que amedrenta de a poco. Vemos, por ejemplo, a Jane toparse en el elevador con un actor famoso (Patrick Wilson, haciendo un cameo como él mismo): es un encuentro despersonalizado, silencioso, intimidante, que refuerza el poder que el jefe depredador concentra.

En un panorama cinematográfico comercial que asocia la resistencia con imágenes de mujeres que «patean traseros», The Assistant puede dejar a varias personas algo apesadumbradas por su aparente tibieza y resignación. Sin embargo, su sencillez y falta de heroísmos permiten agudezas poco vistas en cintas similares. Kitty Green no se conforma con denunciar la violencia: estudia con microscopio el suelo, el sustrato que la soporta. Expone sus células: la violencia como un pacto sobreentendido, las alianzas de silencio, y la violencia como espectáculo, esa que envía un mensaje y que siempre es ante la mirada de otros hombres –Jane recibe abuso verbal y laboral por teléfono ante la mirada de sus dos compañeros–. También explora a la violencia como un lenguaje, como un idioma que se aprende –en lugar de oponerse al maltrato, sus dos compañeros le aconsejan qué tono y palabras debe usar para volver a ganarse el «favor» del jefe–.

La película The Assistant estrenó recientemente en Amazon Prime Video.

En este sentido y a su modo, The Assistant enuncia raíces violentas, en tiempos en los que aún no sabemos nombrarlas a cabalidad, porque nos falta el lenguaje, verbal, legal, social y visual. Su sutileza no está en dejar las agresiones fuera de foco, ni en mirar a la violencia de reojo a través de Jane. Más bien, hace una especie de zoom en ella, nos muestra el grano, con astutas y mesuradas decisiones directoriales. Lejos de cultivar en la audiencia la compasión distanciada hacia las víctimas –»pobres, qué horror que me pasara eso a mí»–, como sucede con discursos ya hechos que presentan agresiones innegables, obvias o extremas, The Assistant se complementa con las propias imágenes de nuestra memoria. Las de aquel maestro que humillaba «para curtirnos», el jefe que nos dijo que la vida laboral era una jungla y solo el fuerte sobrevivía. Las de aquellas veces en que sentimos miedo de actuar desde lo sensible, de conmovernos, de indignarnos. De cuando aprendimos, con el fuego del miedo, a endurecer la piel.

La película The Assistant está ya disponible en Amazon Prime Video.

¿Te interesa el mundo del emprendimiento?
Conoce Emprendedor.com el medio lider en contenido de Ideas de Negocio, Startups, Finanzas, Noticias para emprendedores, Franquicias, Marketing, Inspiración, síguenos y proyecta lo que eres.

autor Periodista, editora en Cine PREMIERE y bailarina frustrada en sus ratos libres. Gustosa del cine, la literatura, el tango, los datos inútiles y de la oportunidad de desvelarse haciendo lo que sea.
Comentarios