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Cine

The Disaster Artist: Obra maestra – Crítica

18-01-2018, 6:12:15 PM Por:
The Disaster Artist: Obra maestra – Crítica

En The Disaster Artist, James Franco entrega una actuación honesta que nunca se burla de la figura de Tommy Wiseau.

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Las películas sobre la creación de películas siempre resultan fascinantes: el arte hablando de arte. Ya sea desde un lugar de ficción como lo hace ¡Salve César!, de los hermanos Coen; Mullholland Drive, de David Lynch; o aquellas basadas en hechos verídicos, como Argo, de Ben Affleck. Ahora, The Disaster Artist: Obra maestra llega con una nueva aproximación al estilo «Hollywood sobre Hollywood», desde uno de los puntos más honestos posibles: el sueño y las ganas de triunfar.

En la película dirigida y protagonizada por James Franco, Tommy Wiseau es una misteriosa persona que toma la actuación muy en serio. Está dispuesto a trascender como artista en Hollywood, al lado Greg Sestero, su amigo y cómplice, quien lo apoya en la realización de su ópera prima: The Room, considerada la peor cinta de la historia.  The Disaster Artist está basada en el libro homónimo de Sestero, sobre el detrás de cámaras de dicha película –cuyo presupuesto nadie sabe de dónde vino y que ahora se ha convertido en una cinta de culto. La trama se ubica a inicios del 2000, cuando Wiseau originalmente pretendía que fuera una obra de teatro, hasta que terminó por hacerla película, con un absoluto control creativo.

El primer logro de The Disaster Artist es que James Franco se las arregla para dirigir, al mismo tiempo que encarna a una persona de la vida real  excéntrica, sin irse por el camino de la risa fácil o la caricaturización. El Wiseau de Franco, además, está en una etapa de su vida donde él mismo dirige y actúa en The Room, por lo que estamos hablando de casi 3 niveles de interpretación: la del director y creador Wiseau, el personaje que éste estaba interpretando en The Room (Johnny) y, finalmente, el Wiseau a nivel íntimo y personal: Tommy.

El dúo de James Franco y Seth Rogen –quien interpreta al cinefotógrafo de Wiseau y a quien recordamos por ser creador de obras como Éste es el fin, The Interview o La fiesta de las salchichas se supera a sí mismo con una comedia madura, pero que nunca pierde la esencia de lo que ellos buscan a la hora de contar historias, que es retratar lo irreal y excéntrico que puede llegar a ser el mundo. The Disaster Artist es una obra honesta, que nunca es irrespetuosa ni se burla de Wiseau. Franco logra balancear el tono, al representar a Wiseau como uno más de los que llegan a Los Angeles a trabajar en cine: un soñador que comparte los mismos deseos que una Mia de La La Land o un Dirk Diggler en Boogie Nights.

La película nos hace acompañar a Wiseau a través de un detrás de cámaras alucinante, que equilibra a la perfección excentricidad, humor y respeto:  todo lo que estamos viendo ocurrió en la vida real, pero nunca resulta un vehículo para humillar o mirar con condescendencia a cualquiera de los involucrados. Aquí no estamos ante una de esas cintas basadas en hechos de la vida real, que abordan a sus personajes y situaciones absurdas o fuera de lo normal a través de la comedia excesiva y fársica, con una suerte de mirada que los ve con sorpresa y algo de desaprobación cínico, como sucede en  Amigos de armas  de Todd Phillips o en Sangre, sudor y gloria de Michael Bay. En The Disaster Artist existen secuencias por demás emotivas y transparentes; especialmente en lo que respecta a la relación de amistad entre Wiseau y Sestero. La película explora la construcción y tensión de una amistad que debe sobreponerse a todo: muestra que quizá no se necesita conocer al 100% a la otra persona para apoyarse en ella, que a veces sólo se necesita compartir el mismo sueño y buscar la meta en conjunto.

Mientras Ed Wood de Tim Burton abordaba la carrera del considerado peor director de la historia, en blanco y negro y con secuencias poéticas que nunca ocurrieron en la realidad –pero que sirven para el desarrollo de la historia (el encuentro entre Ed Wood vestido de mujer y Orson Welles)–, Franco opta por mantenerse apegado a lo escrito por Sestero (según el propio Wiseau, la película es 99%* fiel a la realidad). También recreó algunas de las escenas de The Room cuadro por cuadro, algo no menos meritorio: él mismo ha dicho que fue muy difícil hacerlas debido a la “mala” fotografía e iluminación de las secuencias. Al final, hacer algo mal hecho también tiene su ciencia.

¿Es necesario haber visto The Room antes de ver The Disaster Artist? No necesariamente, pero sería como si alguien nos contara una situación graciosa sobre personas que no conocemos: al final, la experiencia no estaría completa.

Tommy Wiseau podrá haber hecho la peor película en la historia -cuestionable, ya que existen muchas otras  películas que no trascendieron de la misma forma– pero, junto con Sestero y bajo la dirección de James Franco, finalmente fue la semilla de una de las mejores películas del año pasado: una historia sobre el derecho de todos (TODOS) a soñar,  sobre los amigos que están ahí para apoyarnos y  sobre el amor incondicional que le tenemos a aquellas cosas que nos apasionan. Como bien dice un personaje en la película, “incluso el peor día en un set de filmación es mucho mejor que un buen día fuera de él”.

*El 1% que faltaba, de acuerdo a Tommy Wiseau era la forma en que James Franco lanzaba el balón de futbol americano.

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autor Stanley Kubrick alguna vez dijo "Para tener una visión más amplia, no sólo vean cine bueno, también el malo" obvio le hice caso en lo segundo y es muy divertido.
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