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Cine

Todo mal – Crítica

16-03-2018, 10:35:05 AM Por:
Todo mal – Crítica

Para que todas las piezas del nuevo filme de Issa López caigan en su lugar y la comedia realmente comience a ser efectiva toma un poco de tiempo.

Cine PREMIERE: 3
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Issa López (a quien pueden escuchar en nuestro podcast) se convirtió en toda una revelación en la dirección y escritura cinematográfica con Vuelven (lee nuestra crítica aquí), el cuento de hadas oscuro con claras influencias del cine de Guillermo del Toro. Tras realizar aquel drama sobre la orfandad derivada del narcotráfico y con toques fantásticos, regresa al género que la vio nacer: la comedia. Todo mal es, además, su comedia más pulida hasta el momento, especialmente en términos visuales.

El cuarto largometraje de la cineasta y guionista mexicana tiene a Osvaldo Benavides, Martín Altomaro y a Alfonso Dosal –más que enrrachado, pues recientemente apareció en 3 idiotas y Hazlo como hombre– como el trío protagónico. Son primos envueltos en una serie de enredos después de que Fernando (Benavides) decide robar el penacho de Moctezuma que finalmente ha regresado a México con el aval de los austriacos, quienes resguardan nuestro tesoro nacional. ¿Y por qué lo hace? Porque el mismo día en que la preciada reliquia arriba al país él es abandonado en el altar, su novia (Marcela Guirado) lo corta por WhatsApp y por medio de un emoji de lagrimita. La película se conduce a través de una serie de malas decisiones, revelaciones –algunas se ven venir; otras son altamente sorpresivas– y fuerzas antagónicas en colisión.

No obstante, para que todas las piezas caigan en su lugar y la comedia realmente comience a ser efectiva toma un poco de tiempo. Racionalmente se entienden las intenciones y los chistes, pero en pantalla no impactan como se esperaría. Tal vez se debe a que los actores ensayaron durante seis meses sus partes y dinámicas, por lo que cuando llegaron al set el elemento orgánico y el timing se habían deslavado. Sin embargo, una vez que consiguen hacer clic la historia se encausa y toma vuelo.

Al igual que en Vuelven, López hace un trabajo minucioso en términos de producción. Todo mal está bien filmada, ofrece un mosaico de locaciones –desde el Periférico, un bar de mala facha o un striptease, hasta helipuertos y microbuses– y un alto nivel de producción; además, cuenta con una fotografía de bella composición. De hecho, para logarlo se invirtió un año en posproducción y el resultado técnico es llamativo.

Asimismo, el lenguaje que se maneja en los diálogos es natural, fresco, realista, ajeno a las poses –salvo en el caso del caricaturesco personaje de Sebastián Zurita–, hecho que se acrecienta gracias a la comunión del elenco, principalmente entre Benavides-Altomaro-Dosal, y aún más en el segundo y tercer actos, cuando se les siente como peces en el agua. Este último muestra su versatilidad al interpretar a un rockero desparpajado con un pasado oscuro como líder de un grupo al estilo Mercurio o Magneto –a pesar de que no es el mejor vocalista del planeta–, pero esta exploración de las agrupaciones pop noventeras permite jugar con una estética deslavada y otros gags a nivel argumental. Claro que también hay algunos diálogos cómicos que se reiteran tantas veces que se decoloran –como aquel que reza: “le metemos un tiro por el…” que Eduardo España recita una y otra vez–. Aunque no todo está bien con Todo mal, es un esfuerzo en la dirección correcta para reforzar al género consentido de la industria nacional.

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autor No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!
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