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Cine

Trolls

01-11-2016, 10:21:29 AM Por:
Trolls

Trolls es un eufórico empacho de música y color, con un ligero toque de autocrítica ante la ingenuidad ciega.

Cine PREMIERE: 4
Usuarios: 4.5
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La paz y alegría del paradisiaco mundo al que Trolls nos transporta se ve amenazada ante los bergens, seres compungidos y lúgubres que se comen a las diminutas criaturas con la finalidad de obtener una fugaz noción de la felicidad.

De ahí el éxodo y posterior vida encubierta de los sobrevivientes, quienes jamás pierden ese modo de vida en el que cantan, bailan y se abrazan sin fin.

Visualmente, la dicha y bienestar de los trolls se manifiesta a través de una explosión multicolor en la animación digital en 3D, que aprovecha su potencial para destacar no sólo su perenne arcoíris, sino también cada tonalidad y textura. El estallido óptico resulta incluso alucinógeno.

Para contraterrestar el empalagamiento de júbilo, representado por la Princesa Poppy (con voz en español de Belinda y en inglés de Anna Kendrick), tenemos al amargado y casi monocromático Branch (en español Aleks Syntek, en inglés Justin Timberlake). Desde el arranque de la cinta, logramos matizar a través de él los peligros del optimismo desenfrenado, que en momentos rayan en la estupidez y afectan el status quo

El equilibrio, por lo tanto, es imprescindible. Pero ni así nos libramos de una escatología delirante, donde se defecan pastelillos de sabores y las flatulencias se expresan en brillitos.

Los trolls, por cierto, son una línea de juguetes danesa que data de finales de la década del los 50, creados por el danés Thomas Dam y tomados de la mitología escandinava. Desde 2013 Dreamworks adquirió la marca. 

Siguiendo la fórmula impuesta por el primer largometraje animado de la historia, Blancanieves y los siete enanos (1937), cada personaje del grupo aparentemente homogéneo se distinguirá por ciertas singularidades que definirán su personalidad. Como los pitufos, por ejemplo.

Que no nos quede duda, pues, de que se trata de un anuncio de juguetes de hora y media de duración. Un anuncio bullicioso y entretenido, que abusa conscientemente de su jovialidad y se burla de sí mismo, para al final contagiarla con el apoyo de un efectivo soundtrack

El mensaje final es simplón, pero efectivo. La alegría no se consume. Más que antidepresivos por vía oral, los trolls se envalentonarán ante los bergens para demostrar que la felicidad la traemos dentro… O algo así.

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autor Cinéfilo incorregible. Coleccionista de juguetes de películas. Fundador y conductor de @CinemaNET. Colaborador en Efekto Noticias y Filmmen. Escribe en Cine PREMIERE desde el 2002.
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