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Cine

Tully – Crítica

11-05-2018, 10:23:35 AM Por:
Tully – Crítica

La maternidad no siempre es tan serena como el soundtrack de Tully ni tan cálida como los colores de sus escenas.

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A propósito del Día de las Madres, este 10 de mayo se estrena Tully, una película del cineasta Jason Reitman en la que, nuevamente, la protagonista es una madre.

Desde Juno (2007), el director ha creado personajes femeninos que cumplen el rol de madre, pero que viven atormentados por la circunstancia en la que experimentan dicha maternidad. Juno (Ellen Page) era una adolescente que no estaba preparada para cuidar de un bebé y decide darlo en adopción; en Young Adult (2011), Mavis (Charlize Theron) es una escritora de 30 años que guarda recelo al matrimonio de su ex novio después de tener un hijo, y en Labor DayAdele (Kate Winslet) es una madre deprimida que después de dar a luz una vez, no pudo volver a tener hijos.

Esta vez, Charlize Theron vuelve de la mano de Reitman (y al igual que en Juno y Young Adult, con un guion de Diablo Cody) para interpretar a una cuarta mamá: Marlo. Es una mujer de 41 años que da a luz a su tercera hija, Mía, y paralelamente debe afrontar las crisis nerviosas de su pequeño. Ya no tiene la misma fuerza y energía que antes, pero se niega a recibir ayuda para el cuidado de la nueva integrante de la familia. Su esposo Drew (Ron Livingston) tiene un trabajo en el que debe viajar constantemente y no puede dedicar mucho tiempo al cuidado de la recién nacida. El cansancio rebasa a Marlo y acepta que su hermano mayor le pague una niñera nocturna: Tully (Mackenzie Davis), una joven de 26 años con quien terminará por crear un fuerte vínculo.

La interpretación de Theron es extraordinaria, pues logra transmitir el cansancio de despertar cinco veces durante la madrugada para amamantar a su hija, la frustración de lidiar con problemas en la escuela de su hijo mayor a causa de sus crisis nerviosas y la desilusión de ver un matrimonio cada vez más desgastado. Además, hay un contraste entre la serenidad de la música indie folk –a cargo de artistas como The Velvet Underground–, los colores cálidos naranjas y amarillos de la mayoría de las escenas y la situación catastrófica de la maternidad de Marlo. El contraste de esos tres elementos generan un ambiente melancólico que provoca empatía.

Un acierto más es que el personaje de Tully no significa la simple resolución de un problema que convierte una maternidad compleja y cansada en una maternidad eternamente feliz. El personaje de Mackenzie Davis es mas bien todo lo contrario: una solución temporal que muestra que las consecuencias de ser madre son más que el cansancio por las mañanas después de una mala velada. Tully simboliza esas secuelas, puesto que después de su llegada, Marlo añora el cuerpo que tenía a los 26, la atracción que ya no siente su esposo por ella y las salidas por copas en la noche.

La historia transcurre en un par de meses y el uso del tiempo fílmico ha sido utilizado cuidadosamente. A diferencia de  Up in the Air (2009)en el que hay dos historias paralelas independientes, que nunca se cruzan y en la cual el mismo suceso –despedir empleados– sucede una y otra vez; en Tully los acontecimientos son cambiantes y aportan algo diferente a la premisa principal de la película: el lado tortuoso de la maternidad.

Jason Reitman no ha salido de la línea argumental, ni del género de drama y comedia que caracteriza su filmografía; no obstante, Tully es una película predominantemente dramática con una construcción extraordinaria de personajes con los que logra transmitir la melancolía de una madre que atraviesa un camino difícil y que no se resuelve simplemente contratando una niñera nocturna.

 

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autor Escribir y el cine son mis más grandes amores. Admiro a Tarkovski, pero lloro cada que veo Up.
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