Un enigma llamado Ana de Armas
A Ana de Armas ya nadie la detiene.
“Quizá la similitud entre Martha y yo es que las dos trabajamos… ¡sin parar! Tratamos de salir adelante con lo que hacemos, de manera honesta”, dice en entrevista la actriz Ana de Armas, refiriéndose a su papel en la cinta Entre navajas y secretos, dirigida por Rian Johnson. La llamada sucede solo un par de días después de la presentación de la película en el Festival Internacional de Cine de Toronto y, en efecto, no ha parado de trabajar. De hecho, la actriz no ha dejado de hacerlo desde que inició su carrera en Cuba.
Ya fuera como el amor holográfico de K en Blade Runner 2049, de Denis Villeneuve, o como una mujer que es testigo de la caída al crimen de su esposo –en Amigos de armas, al lado de Miles Teller y Jonah Hill–, la actriz ha mostrado una solvencia y capacidad tal, que su trayectoria resulta cada vez más versátil y nutrida. “Personalmente he migrado dos veces, primero a España y ahora a Estados Unidos”, comparte. “Siempre es una situación en la que te sientes muy vulnerable y con mucha incertidumbre; no sabes qué va a pasar con tu vida ni con tu carrera, si vas a poder avanzar o no. Tienes que ir adelante y eso te pone en un estado emocional y vital extremos”.
Ana de Armas interpreta a Martha, una migrante latinoamericana que se ve envuelta en la misteriosa muerte de su empleador.
Desde su primer papel en el cine, Ana compartió créditos con uno de los actores cubanos más reconocidos, Jorge Perugorría (Fresa y chocolate), y aunque su camino en su país natal le ofrecía grandes posibilidades, decidió probar suerte en España, lugar de origen de sus abuelos. Tras participar en varias series de televisión y en un par de películas en tierras españolas, Ana cruzó una vez más el océano para establecerse en Los Ángeles. La elección fue acertada, pues ha podido trabajar con grandes talentos desde su llegada, como en la cinta Lado oscuro del deseo, dirigida por Eli Roth y protagonizada por Keanu Reeves, o en Sospecha mortal, con Rosamund Pike.
Ana de Armas interpretó a Joi en Blade Runner 2049, el holograma que captura el corazón del personaje de Ryan Gosling.
En Knives Out, ella es quien lleva la voz cantante, pues su papel como la enfermera y confidente del patriarca de la familia la pone en una posición especial de privilegio y vulnerabilidad. “En esta película tuve la suerte de tener escenas con todos los actores, fue increíble. Son personas que he admirado por años y al tener la oportunidad de estar con ellos viviendo prácticamente en esa casa pude conocerlos más a fondo, verlos en el set trabajando, metidos en personajes que casi nunca hacen. Estar ahí fue un regalo y lo disfruté muchísimo”, expresa sobre su trabajo al lado de Toni Colette, Jamie Lee Curtis, Daniel Craig, Christopher Plummer, Katherine Langford y Chris Evans. “En el set te das cuenta de por qué son los artistas que son, por el respeto que tienen hacia su carrera y por cómo se emocionan cuando tienen un buen material en la mano. Eso me hizo ponerme a su nivel”, agrega.
Su personaje, además, tiene la particularidad de no poder mentir, en una situación en la que actuar con ciertas reservas podría ser vital. La actriz sabía que, a pesar del tono cómico del guion, en ella recaía una carga dramática más fuerte. “El primer día de rodaje yo era puro nervio”, recuerda sobre el inicio de la filmación, durante la cual realizó una escena emotiva al lado de Chris Evans. “Pero desde el principio confié mucho en nuestro director y sabía que tenía la película bien cuadrada en su cabeza y que sabía perfectamente lo que quería. Así que los nervios no duraron mucho”, señala.
Ya sea como protagonista de la próxima cinta del agente 007, Sin tiempo para morir, o como Marilyn Monroe en la biopic Blonde, que prepara Netflix, una cosa es cierta: a Ana de Armas ya nadie la detiene.
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Fabiola Santiago Periodista y crítica de cine. Le interesa la diversidad de miradas en películas y series. Habla y escribe sobre cine hecho por mujeres, por cineastas indígenas y latinoamericanos.
