Un milagro inesperado – Crítica de la película

A todos nos gusta pensar que sabemos cómo reaccionaremos ante la tragedia. El cine muchas veces nos permite enfrentarnos a la adversidad de manera vicaria y, desde la seguridad de nuestra casa, imaginarnos cómo reaccionaríamos ante tal o cual situación. La película Un milagro inesperado –un título muy desafortunado que ojalá nadie confunda con la otra, que es Milagros inesperados, en plural– cuenta la historia real de Sam Bloom, una mujer que luego de un aparatoso accidente, termina paralizada de la cintura para abajo. 

Es una fórmula que hemos visto muchas veces: una persona activa y «llena de vida» pierde el interés por todo (ella misma incluida), luego de una tragedia que le cambia la vida. Sin embargo, un encuentro fortuito con un amigo, una actividad o, en este caso, una pequeña urraca a quienes sus hijos apodan «Penguin», le ofrece eventualmente una esperanza/lección/nueva dirección. 

La película Un milagro inesperado (que bien se pudo llamar «Mi amigo Pingüino» o «Un amigo inesperado» porque… pues… todos los milagros son inesperados) es predecible y su historia nos es familiar. Sin embargo, para que la fórmula funcione es necesaria una interpretación al centro que logre hacer que nos importe una historia que cualquiera que haya visto una película antes ya conoce. Naomi Watts es justo esa persona y, con talento puro, logra sostener en sus hombros una cinta que se sale con la suya y se las arregla para ser efectivamente emocional e inspiradora. 

Estrenada durante el pasado Toronto International Film Festival, la película Un milagro inesperado no esconde en ningún momento sus intenciones inspiradoras. La fotografía brillante y suave, la música emocional y los diálogos precisos (aunque a veces hacen demasiado hincapié en los temas y lecciones que debemos estar recibiendo) forman un tapiz que en todo momento nos repite lo mismo: tú también puedes salir de esa crisis.

Con todo y lo predecible que es, sería incorrecto decir que Penguin Bloom no logra conectar con su público. Quizá se debe a la sinceridad con la que el director Glendyn Ivin retrata la historia, o al magnífico ensamble que rodea a Naomi Watts: Andrew Lincoln como el esposo que la apoya y particularmente Jacki Weaver, como su madre. Por supuesto, no quisiera dejar de mencionar a Penguin mismo, la pequeña urraca que, con su ala lastimada, logra conectar no sólo con el personaje de Sam Bloom, sino con la audiencia a través de la pantalla. 

Al final, Un milagro inesperado es el tipo de película con el tipo de lecciones que a todos nos viene a bien escuchar de vez en cuando. 

Debido a la crisis sanitaria por COVID-19, en Cine PREMIERE te recomendamos revisar con las autoridades de salud las medidas sanitarias necesarias (especialmente el Lineamiento general para la mitigación y prevención de COVID-19 en espacios públicos cerrados) antes de acudir al cine a ver una película.

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J. Ivan Morales Escritor, director de cine y director editorial en ésta, su amigable vecina publicación de cine, Cine PREMIERE. Nunca perderá la esperanza de una segunda temporada de Studio 60 on the Sunset Strip y Firefly.