Una película de policías – Crítica de la cinta de Alonso Ruizpalacios
Protagonizada por Mónica del Carmen y Raúl Briones, Una película de policías es una brillante docuficción donde los límites de la realidad y la ficción a veces resultan imperceptibles.
Teresa y Montoya me miran directamente a través de la cámara. Sus rostros me resultan muy conocidos; los he visto en infinidad de ocasiones pero su voz no es como la que yo recuerdo. Mis ojos ven a los grandes actores Mónica del Carmen y Raúl Briones, pero mis oídos escuchan a María Teresa Hernández Caña y a José de Jesús Rodríguez Hernández. Hay algo atípico en esta película de policías de Alonso Ruizpalacios. Sin embargo, todo resulta tremendamente familiar.
En su mundo de ficciones, Alonso Ruizpalacios ha coqueteado con la realidad en muchas de ocasiones. Lo hizo abordo de un automóvil en Güeros (2014) o a la mitad de una pelea en Museo (2018). Una claqueta, un actor fuera de personaje o incluso su propia presencia han irrumpido la fantasía de sus historias como si se tratara de una especie de recordatorio de que, cuando todo termine en la pantalla, el mundo que se detuvo por un par de horas estará ahí, esperándonos para seguir su camino. Pero todo es muy distinto en Una película de policías. Aquí, el talentoso cineasta transforma ese breve flirteo en su experimento narrativo más ambicioso a la fecha.
Parte de la selección oficial de la Berlinale 2021, Una película de policías es una brillante docuficción donde los límites de la realidad y la ficción a veces resultan imperceptibles. Protagonizada por Mónica del Carmen y Raúl Briones –ambos ganadores del Ariel 2020 por su papel en Asfixia, de Kenya Márquez–, la cinta explora la historia de Teresa y Montoya, dos policías de la Ciudad de México que narran sus aventuras y desventuras en una de las corporaciones más complejas y oscuras de nuestra realidad.
Su presencia física es acompañada por las voces de los verdaderos elementos policiacos a los que atañe la historia. Aquí, el audio y la imagen son dos mundos completamente distintos que, de alguna forma, se conjuntan a la perfección. Apoyados con una loable edición de Yibrán Asuad –galardonada con un premio en la Berlinale 2021– Mónica y Raúl hacen uso de su enorme talento para mimetizarse con Teresa y Montoya y emular todos y cada uno de sus movimientos y expresiones: sus pensamientos y su corazón.
A través de distintos capítulos, Teresa y Montoya nos dejan ver, desde su perspectiva, las grandes fallas alrededor y al interior de la policía en este país. Esta pareja –de oficio y corazón– se complementa, en algún momento de la cinta, con los propios Mónica y Raúl. Documentando un muy interesante ejercicio actoral, la cinta producida por la compañía No ficción –con el que las productoras Elena Fortes y Daniela Alatorre han filmado historias como Familia de medianoche; Vivos y Un abrazo de tres minutos, entre otras– nos permite acompañar a ambos actores en su proceso de preparación –e infiltración– para dar vida a estos policías.
El camino incluye momentos realmente poderosos que materializan la repugnancia y el temor que la sociedad siente por la policía en este país. “Nadie en su sano juicio quiere ser policía en este país”, dice en algún momento, Raúl Briones con el rostro desencajado. Y Mónica del Carmen hace lo propio cuando, llena de lágrimas, es incapaz de disparar un arma.
Pero es este contraste de perspectivas –este choque de mundos– con el que, de forma sorpresiva, Una película de policías nos hace sentir algo prácticamente imposible para los habitantes de este país: empatía por los policías. No por la institución que representan, pero sí por aquellos elementos que, aún dentro de toda la mierda que rodea al poder en México, han logrado salvarse de las tentaciones de la corrupción, de la impunidad y del abuso de autoridad. Esto, de alguna manera, ya había retratado el propio Alonso Ruizpalacios en Verde, cortometraje nominado al Ariel con José Luis Pérez, Tenoch Huerta y Raúl Briones en 2016.
En otras manos, este ejercicio pudo caer fácilmente en la apología de la autoridad mexicana. Sin embargo, Una película de policías de Alonso Ruizpalacios evita glorificar a la institución a cargo de nuestra seguridad y opta por enfocar su mirada en aquellos que portan con orgullo su uniforme. Aquí, la fotografía de Emiliano Villanueva (La delgada línea amarilla) se las ingenia para dejarnos ver el corazón de una pareja de elementos policiacos cuyos esfuerzos hacen lo imposible por sobrevivir al mundo miserable que los rodea.
De la huelga de la UNAM a un ambicioso robo antropológico; de una adrenalínica cocina a las memorias de un enfermo terminal; de la ambición de un custodio de valores a la adversidad asfixiante de dos policías capitalinos. Una película de policías de Alonso Ruizpalacios se convierte en el experimento narrativo más ambicioso a la fecha de una destacada filmografía que ha logrado transformar algunos elementos de la vida real en historias emocionantes difíciles de olvidar.
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Arturo Magaña Arce Apasionado de ver, escribir, leer, investigar y hablar sobre cine en todas sus formas. Soy fan de Star Wars, me sé de memoria todos los capítulos de Friends y si me preguntan de cine mexicano, no hay quien me calle. Editor en Cine PREMIERE.
