Visita al set de Ya veremos, todo un reto acuático

Es una mañana de domingo en Santa Fe. Se nota una agradable ausencia en el aire: no hay coches con conductores molestos tratando de avanzar ni vehículos parados; mucho menos el sonido de cláxones desesperados e irritados por su incapacidad para llegar a su destino. Todo es paz y tranquilidad, y aunque hace frío porque apenas pasan de las 7:00 horas, el cielo azul y despejado vaticina que pronto saldrá el sol. Un aire de paz también se respira entre los miembros de la producción y el elenco de Ya veremos, el nuevo proyecto de Pitipol Ybarra, protagonizado por Mauricio Ochmann y Fernanda Castillo.

Cuando el sol comienza a salir y sus rayos nos calientan, tenemos la oportunidad de ver pequeñas fracciones de una escena entre Ochmann y el pequeño Emiliano Aramayo, quienes se encuentran dentro de un coche. La situación tiene lugar en su interior mientras está en marcha, así que únicamente los vemos partir. Son los últimos días de rodaje y el automóvil en el que viajan es una camioneta azul montada sobre una grúa, por lo que al verse en pantalla parece como si el personaje de Ochmann, Rodrigo, un ginecólogo, estuviera manejando en compañía de su hijo.

Ya veremos narra la historia de un pequeño que es diagnosticado con glaucoma y para conservar la vista será operado. Por ello hace una lista de cosas que quiere hacer antes del procedimiento, la única condición es que sus padres, quienes se encuentran separados, lo acompañen. Es así como el trío Castillo-Ochmann-Aramayo terminan yendo a las luchas, jugando, y enseñándole a manejar al pequeño Santi.

De todas las actividades contenidas en la bucket list del filme tanto Mauricio como Emiliano quisieran aventarse en paracaídas en la vida real; es un deseo que también forma parte de sus planes. Sin embargo, el caso de Castillo es diferente. Nunca había ido al gotcha ni había nadado con delfines porque le tiene miedo al agua a pesar de que nunca le ha pasado nada.

“Justo había esta parte en la película que la principio era buceo y luego se cambió por esquiar (en el agua) y yo decía: ‘no’. Sufro mucho. No me gusta. Pero soy muy guerrera y no me gusta que nadie haga mis escenas. Me dijeron que iban a traer a alguien y yo dije: ‘no, no, porque es mi personaje’. Fui, y aprendí; no entré en pánico, y fue muy importante para mí vencer este miedo y decir: ‘soy más actriz de lo que soy miedosa’. Este bucket list de él (Santi) me permitió asegurarme que tengo más fuerzas que miedo en la vida para hacer las cosas. En las escenas soy yo y me siento muy orgullosa”, nos contó Fernanda Castillo en la comodidad de su cámper.

La cinta habla del glaucoma, y para su realización los actores aprendieron sobre esta enfermedad que sirve de pretexto para rescatar a la familia y para que los personajes se den cuenta que no deben descuidar lo más importante, de acuerdo con Ochmann. A lo que Castillo añade: “Siento que la enfermedad siempre nos confronta con quiénes somos, con qué queremos, y con qué nos está pasando de verdad. Puede llevarte a las mejores cosas que hay en ti y hacia el camino que realmente quieres”. Ésa es la odisea de la familia compuesta por Alejandra, Rodrigo y Santi, Ya veremos si salen airosos del reto.

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Mabel Salinas No soy la Madre de los Dragones, pero sí de @Enlabutaca; desde ahí y en Cine PREMIERE estoy en contacto con las buenas historias. Melómana, seriéfila, cinéfila, profesora universitaria, y amante de las bellas artes. Algún día escribiré una novela de ciencia ficción. ¡Unagui!