Visita al set: La cara oculta de Jorge Michel Grau
Visitamos la locación del nuevo thriller comandado por el mexicano, protagonizado por José María de Tavira, Cristina Rodlo y Paulina Dávila.
Un director de orquesta disfruta de una vida acomodada con su pareja, una mujer extranjera, hasta que ella desaparece. A su vida llega entonces una nueva chica, aunque esta nueva relación comenzará a mancharse por la incertidumbre de la anterior. Tal es la premisa de la película La cara oculta, que actualmente filma el director Jorge Michel Grau (7:19, Somos lo que hay).
El cineasta mexicano, quien sabe crear atmósferas de suspenso, como se vio en sus trabajos anteriores, nos dio un adelanto de lo que será su nueva producción, que se encuentra en su tercera semana de rodaje.
La cinta es un remake de una coproducción homónima entre Colombia y España, llevada a la pantalla en 2011 por Andrés Baiz. En su versión mexicana, el músico Eric es interpretado por José María de Tavira, mientras que su pareja es interpretada por Paulina Dávila y la chica que llega después de la desaparición corre a cargo de Cristina Rodlo.
El director ha puesto especial énfasis en apropiarse de la historia y adaptarla a la realidad mexicana para que el suspenso sea creíble en pantalla. Por lo que compartió el equipo, la verosimilitud también se ha trabajado desde la preparación de la película, para la cual hubo un arduo trabajo de mesa y planeación de cómo se filmarían las escenas.
En esta ocasión le tocará dirigir una pieza del director Enrico Chapela, en una escena que será filmada en la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM en las próximas semanas. Con tal de llevar su carrera a las alturas, su personaje será capaz de todo. «Es un tipo obsesionado con su mundo. Al ser un director de orquesta y de una institución, puede ser un personaje que da muchos matices de oscuridad. Así lo estamos retratando porque, lo interesante de este proyecto, es que el thriller depende en quien lo esté mirando. A los ojos de los demás, mi personaje es alguien que comunica poder, traiciones y objetivos ocultos”, agregó el actor.
Para lograr esto, se filman perspectivas dependiendo del personaje que viva la escena, se cambia la posición de la cámara, al igual que los colores, texturas y otros detalles en el set. “Con esa puesta lo que estamos haciendo técnicamente es que sean dos narraciones distintas”, explicó el director.
Triángulo de pasiones
También con los actores se logró crear un estado especial y, por ejemplo, se procuró que Paulina Dávila y Cristina Rodlo no tuvieran contacto previo. Fue por medio de la prensa como se enteraron quién sería la otra actriz en la cinta: fuera de eso, se intentó que el primer contacto fuera durante el rodaje.
“Yo hago un trabajo de preproducción meses atrás, con el guion, empezamos a ver cómo la vamos a filmar, qué tono, qué ritmos y todo y llego muy preparado al set. Ellos [los actores] vienen de unas semanas de análisis de guion, pero llegan a trabajar al set. De pronto es muy ruidoso, momentos mundanos, y ellos traen una carga actoral importante. Creo que si logramos traspasar al actor, él puede utilizar esas herramientas a la hora que yo le ponga play a la cámara”, señaló Jorge Michel Grau. Como ejemplo compartió que, para una escena en la que el personaje de Paulina descubre unos mensajes inquietantes en un celular, se preparó una historia que ella iba leyendo durante la filmación, de manera que sus expresiones fueran auténticas. “Son experimentos y solo tenemos cinco semanas para jugar”.
Nuevas escenas, una interacción diferente y una fuerte carga de tensión sexual marcan otra diferencia con su antecesora. “De ahí se arranca la historia. Hay un triángulo amoroso entre los personajes, que se empiezan a descomponer por eso. Hay una gran dosis de sexo y envidia que hacen que los personajes tomen decisiones equivocadas”, dijo el director.
Como ejemplo, Fabiana, el personaje interpretado por Cristina Rodlo, es ajena al mundo de lujo en el que vive Eric, así que al enamorarse de él se enamora también de ese nuevo estilo de vida. Eso la lleva a tener un arranque que la cambia por completo. “No les puedo decir qué hace, pero para mí es lo único que yo no podría hacer. Hace algo inhumano y después se arrepiente”, compartió la actriz, quien se prendó de la cinta por la manera en que presenta la culpa de los personajes.
“El reto es que la gente la entienda y no la juzgue. A todos nos puede pasar que se nos sube y luego vuelves a la tierra. Que la gente se pueda identificar con esa sensación”, agregó.
A diferencia suya, Carolina, el personaje de Paulina Dávila, es una profesional que desde su peinado recogido y aretes discretos denota una personalidad mucho más contenida y un estilo más elegante.
“Es una mujer cuya seguridad radica mucho en su intelecto, en su procedencia, en sus estudios, en que es una mujer muy preparada y de origen privilegiado”, manifestó Dávila. “Es muy distinta a cualquier cosa que yo haya hecho, por eso me emocionó mucho el proyecto. En este caso la preparación ha sido muy de la mano con Jorge Michel. Ella es una arquitecta colombiana y eso ha sido todo un tema”, dijo. Uno de sus desafíos ha sido volver a “colombianizarse”, pues lleva cinco años viviendo en México y preparándose para poder interpretar papeles aquí. “Es interesante y divertido volver a tocar esas raíces”.
La película obtuvo el estímulo EFICINE para la producción en ella intervienen las empresas Dynamo y Urujuru . Su estreno se espera para el segundo semestre de 2019 por Cinépolis Distribución.
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Fabiola Santiago Periodista y crítica de cine. Le interesa la diversidad de miradas en películas y series. Habla y escribe sobre cine hecho por mujeres, por cineastas indígenas y latinoamericanos.
