WandaVision: ¿Cómo encaja Pietro en el MCU? – Crítica del Episodio 6

Uno de los cliffhangers más importantes que hemos visto en los últimos años ocurrió la semana pasada al término de En un episodio muy especial… (lee la crítica aquí) cuando WandaVision presentó al Pietro de Evans Peters, dejando ansiosos a millones de espectadores por conocer lo que sucedería en el episodio 6 del show. Además de las grandes interrogantes que la serie ha planteado sobre su verdadera naturaleza y la finalidad de todo el conjunto para el futuro de Marvel, el guion se permitió plantear todavía otras más. Quizá la más importante era saber cómo el Quicksilver de la franquicia X-Men podría encajar dentro del MCU.

Con el nuevo episodio, ¡Espectacular estreno de Halloween!, el guion de Jac Schaeffer se permite -una vez más- reservar las explicaciones y en cambio demostrar en la acción de lo que podría ser capaz el multiverso de Marvel. La interacción de Evan Peters en el capítulo funciona a la perfección, a pesar de que ni espectador, ni personajes, conocen con exactitud a qué se debe este «pequeño» glitch entre universos. Y esta funcionalidad deviene sobre todo gracias a la gracia inherente del show.

Si bien, sobre cualquier otra serie de televisión a estas alturas de una mitad de temporada no habría mucho de que hablar, salvo del avance de la historia y hacia dónde se encamina, con el episodio 6 de WandaVision es diferente. Sus constantes y evolutivos cambios de estilo todavía aperturan la posibilidad del debate y de un análisis en su lienzo estético. Esta semana entramos en la década de los noventa y la serie referencia por excelencia no fue otra que Malcolm el de en medio.

Desde los créditos de inicio fue evidente que estaríamos ante un tono similar al clásico protagonizado por Frankie Muniz. La intro creada a partir de una videograbadora de cassette con música rock de fondo y mostrando la dinámica familiar son consecuencia de cómo WandaVision ha evolucionado desde su primer episodio. Mientras que al principio se trataba solamente de una pareja, ahora la familia ha crecido incluso para darle la bienvenida al tío Pietro.

Precisamente Pietro entra aquí con facilidad como el tío adulto/niño que alienta a los gemelos a las travesuras, como una suerte de Francis en la serie Malcolm. Su llegada se siente natural y su lugar como la visita holgazana que duerme en el sillón hasta tarde genera más risas que preguntas. El personaje de Wanda evoluciona aquí al de una madre un poco más neurótica y estricta, acorde a la serie referencia, pero también como un movimiento obvio sobre todo porque su mundo se viene abajo a cada paso.

Pietro aquí está interpretado por el Evan Peters de siempre. El joven gracioso, sarcástico, con ligeros tintes de oscuridad. Algo que fácilmente saca de quicio a Wanda, especialmente cuando le confronta con preguntas sobre su evidente realidad fabricada en WestView. Lejos queda el Aaron Taylor Johnson que conocimos y la serie sólo nos informa que estamos ante el mismo Quicksilver, con los mimos recuerdos de infancia que Wanda, pero en un rostro diferente.

El estilo de sitcom sigue presente ahora con la música, rompimientos de la cuarta pared y flashbacks circunstanciales y breves que nos muestran a Pietro y Wanda con disfraces de Black Widow y Nick Fury en un Halloween previo. Los disfraces por la noche de brujas son el pretexto ideal para que veamos a toda la familia con sus indumentarias clásicas de las historietas. Uno de los eye candies más deliciosos para los fanáticos en este episodio será el poder ver a los clásicos Wanda, Vision, Quicksilver, Wiccam y Speed en todo su esplendor.

No obstante, se podría decir que este episodio 6 de WandaVision se percibió como uno de transición para otros más significativos. Esto no es precisamente algo malo, dado que estamos ante una serie de televisión. Y quizá las dosis de misterio y materia no explicada se sientan cansinos cuando estamos acostumbrados a ver a estos personajes en el cine. Sin embargo, la serie sobre todo funciona y mantiene la atención gracias a que cada episodio es diferente.

Lo creado aquí por Matt Shakman y la historia de Jac Schaeffer todavía se siente fresco e ingenioso. Sin importar la época en la que se ubica para crear su estética, la manufactura es impecable y el estudio clínico de estilos, gags y diseño de producción característico a cada temporalidad resulta efectivo y bien ejecutado para continuar por este este viaje a medio camino del homenaje y el experimento.

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Luis Angel H Mora Mi relación más estable es con el cine, la fiesta y la música. Me encanta escribir sobre cine, conocer gente nueva y compartir ideas. Idealista en todo sentido, supongo que es mi rasgo acuariano de ascendente.