El suspenso es uno de los géneros más añejos y populares en la ficción, y como tal, ha sido fragmentado en numerosos subgéneros según sus características. Uno de los más famosos, no por su nombre sino por sus rasgos, es el whodunit , cuyo nombre nace como abreviatura de la pregunta who has done it? , es decir, ¿quién lo ha hecho?
A diferencia del simple policial, sus historias no se caracterizan por la simple resolución de un crimen, sino por la presencia de múltiples sospechosos confinados en un mismo espacio físico o psicológico, lo que permite una profunda exploración de la naturaleza humana. Esto porque, aunque casi siempre hay un único responsable de empuñar el arma homicida, todos los presentes suelen tener cierto grado de culpabilidad. Un crudo reflejo de la oscuridad implícita en el ser humano .
Aunque no es un elemento obligado, muchas de estas tramas también se caracterizan por la presencia de un detective/investigador que se apoya en las pistas de la escena del crimen, pero más importante aún, en su intuición al momento de realizar largas entrevistas con los posibles involucrados.
Las eras doradas del whodunit
La primera era dorada del whodunit nació en el periodo entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial , de la mano de escritores como Agatha Christie , CK Chesterton y Nicholas Blake. Su éxito impreso no tardó en llevarle al cine, siendo The 9th Guest (1934) y La cena de los acusados (1934) dos de sus primeros exponentes.
Fue en esta misma época cuando el sacerdote y escritor Ronald Knox escribió las que hasta hoy suelen ser consideradas las diez reglas indispensables de estos misterios. Las más importantes dictan que el asesino debe estar presente desde temprano en la historia, que los sidekicks no deben revelar sus pensamientos para evitar las pistas y que las fuerzas sobrenaturales están completamente descartadas. Bases para una narrativa cimentada en el engaño, pero siempre respetando el juego justo para que el público intente descifrar el misterio por su propia cuenta.
Los 70 y 80 marcaron el renacimiento del whodunit , con la peculiaridad de que este se manifestó casi exclusivamente en la pantalla grande, ya fuera con historias originales o con toda clase de adaptaciones inspiradas en las obras de sus mayores exponentes literarios. Buena parte de este resurgimiento es atribuido al lanzamiento de una nueva edición de Clue , el popular juego de mesa que en 1972 regresó acompañado por una intensa campaña publicitaria en televisión.
Aunque es difícil determinar si el subgénero está cerca de una nueva era dorada, es un hecho que actualmente atraviesa por un retorno importante con el rescate de arcos clásicos, pero también con cintas revisionistas e híbridas que emplean métodos cada vez más elaborados para desafiar las capacidades deductivas del espectador.
Si quieres adentrarte en los misterios del whodunit , te presentamos 15 películas indispensables para todos aquellos que se creen capaces de encontrar al culpable. Las cintas son mostradas en orden cronológico para disfrutar la evolución del subgénero hasta nuestros días.
The 9th Guest (Dir. Roy William Neill, 1934)
The Invisible Host, escrita por Gwen Bristow y Bruce Manning, es considerada una pieza clave en la evolución del whodunit: fue llevada a Broadway con gran éxito, inspiró a Agatha Christie para la concepción de Diez negritos y fue trasladada al cine en una adaptación memorable que eventualmente sería vista como un clásico del suspenso. La cinta nos traslada a un lujoso apartamento donde ocho invitados cenan tranquilamente, hasta que el encuentro es interrumpido por una misteriosa transmisión radiofónica que les advierte que serán asesinados a no ser que logren burlar al noveno invitado: la muerte. A casi un siglo de su estreno, su esencia sigue palpándose en incontables filmes del subgénero que recurren a sus fórmulas para garantizar el asombro y la incertidumbre del público.
El vengador invisible (Dir. René Clair, 1945)
No todos los misterios de Agatha Christie implican al célebre Hercule Poirot, siendo Diez negritos buena prueba de ello, una novela cuyos enigmas han sido llevados al cine y la televisión en varias ocasiones, aunque ninguna con la grandeza alcanzada por René Clair en el clásico de 1945. La cinta reúne a diez desconocidos en una isla británica, con el común denominador de que todos ellos cometieron alguna imprudencia que resultó en la muerte de un inocente. Las tensiones aumentan cuando los personajes empiezan a morir en circunstancias extrañas, decesos que coinciden con las desapariciones de diez figurines ubicados en el comedor y que representan al cada vez menor número de sobrevivientes. Para salir con vida, los involucrados deberán decidir entre su ingenio individual o establecer alianzas aun cuando cualquiera podría ser el asesino.
La soga (Dir. Alfred Hitchcock, 1948)
Si Alfred Hitchcock se ganó el mote de Maestro del suspenso fue gracias a su capacidad para racionalizar la irracionalidad que conllevan el crimen y la muerte. Pocas cintas ejemplifican esta destreza como La soga, que retuerce los conceptos del whodunit con una historia que revela la identidad de los asesinos desde los primeros minutos, ya que el verdadero propósito del cineasta es explorar un duelo intelectual entre los culpables, una serie de invitados que ignoran que el cadáver se oculta en sus narices y su habilidoso mentor con el que tuvieron toda clase de debates teóricos sobre la posibilidad de realizar un crimen perfecto. Una de las mayores joyas hitchcockianas, así como uno de los trabajos más destacados de James Stewart.
Muerte en el Expreso de Oriente (Dir. Sidney Lumet, 1974)
Sidney Lumet, especialista del suspenso y obsesionado con la complejidad de la psique humana, aprovechó sus cualidades para la mejor adaptación a la obra de Agatha Christie. Muerte en el Expreso de Oriente reunió a un elenco envidiable integrado por Albert Finney, Lauren Bacall, Ingrid Bergman, Sean Connery y Anthony Perkins, entre muchos otros, para llevarnos por un turbulento viaje a bordo del tranvía titular, aquejado por las intensas condiciones climáticas, pero sobre todo por un crimen imposible ante las circunstancias y la respetabilidad de los pasajeros. Nada de esto intimidará al célebre Hercule Poirot, quien interrumpirá su breve descanso para encontrar al asesino, ignorante de que ni siquiera sus grandes cualidades deductivas le prepararán para la cruda resolución de su más tortuoso caso.
Crimen por muerte (Dir. Robert Moore, 1976)
Truman Capote pasó a la historia del cine por la novela que inspiró Desayuno con diamantes, pero pocos saben que el escritor tuvo una fugaz carrera histriónica que incluyó un cameo en Annie Hall y un rol estelar en Crimen por muerte, donde compartió créditos con grandes talentos como Elsa Lanchester, Alec Guinness, Peter Sellers, Maggie Smith y James Cromwell, por nombrar algunos. La cinta rinde homenaje a los clásicos detectivescos al reunir a cinco investigadores, todos inspirados en grandes clásicos de la ficción y acompañados de sus respectivos sidekicks, para la resolución de un misterio imposible orquestado por un excéntrico millonario, quien es apoyado por su mayordomo ciego y su cocinera sordomuda. Su curiosa premisa hizo que la producción anticipara un fracaso en taquilla, por lo que la sorpresa fue mayor cuando la cinta gozó de una estupenda recepción de las audiencias.
Muerte en el Nilo (Dir. John Guillermin, 1978)
La buena recepción de Muerte en el Expreso de Oriente motivó a EMI Films a realizar una secuela que siguiera un nuevo caso de Hercule Poirot, esta vez en un crucero por el Nilo donde se cometió el asesinato de una recién casada socialité. El estudio emuló la fórmula del filme original con un ensamble de enorme talento y reconocimiento, que esta vez incluyó nombres como Bette Davis, Mia Farrow, George Kennedy, Angela Lansbury y Maggie Smith. Más desafiante aún fue la búsqueda de un nuevo detective ante la negativa de Albert Finney por retomar el manto por lo incómodo de la caracterización. El elegido fue Peter Ustinov, quien lejos de imitar lo hecho por su predecesor, se adueñó del personaje a tal grado que terminó interpretándolo en cinco ocasiones más. Esto no significa que la cinta fuera un éxito arrollador, pues tuvo una tibia recepción del público y la crítica, sensaciones que sólo empezaron a cambiar varias décadas después.
El espejo roto (Dir. Guy Hamilton, 1980)
Hercule Poirot no es el único detective en la obra de Agatha Christie, siendo Miss Marple su contraparte femenina, la cual aprovecha su intuición, capacidad deductiva y veteranía para resolver toda clase de misterios. Angela Lansbury fue la segunda actriz en dar vida al personaje luego de Margaret Rutherford, pero no tardó en ser vista como versión definitiva, gracias al apoyo de un elenco verdaderamente envidiable que incluía leyendas como Elizabeth Taylor, Tony Curtis, Kim Novak y Rock Hudson. El caso inicia en un brindis interrumpido por el envenenamiento presuntamente accidental de una mujer, pues se sospecha que la bebida adulterada iba dirigida a una actriz de cine que inspira admiración y envidia por igual. Aunque fue la primera y última vez que Lansbury dio vida al personaje, su atinada labor le llevó a la serie Murder, She Wrote, que le convirtió en todo un referente del suspenso en el papel de Jessica Fletcher.
Clue (Dir. Jonathan Lynn, 1985)
Los esfuerzos por adaptar juegos de mesa no siempre prosperan, siendo Clue una de las pocas excepciones al capturar perfectamente la esencia de este para descifrar quién asesinó al controvertido Sr. Boddy, en qué lugar de la mansión y con qué arma. A esto sumemos sus tres desenlaces distintos, proyectados aleatoriamente en el cine y sujetos al veredicto del público en el formato casero, una decisión sumamente original que sigue siendo motivo de alabanza hasta la fecha. Finalmente, un reparto de primer nivel con nombres como Lesley Ann Warren, Christopher Lloyd y muy especialmente Tim Curry como el mayordomo Wadsworth, que terminaría convirtiéndose en uno de los papeles más emblemáticos de su carrera. No tuvo gran éxito en su paso por las salas, pero no tardó en hacerse con el estatus de culto, el cual mantiene sin problema hasta nuestros días, al grado que muchos le consideran el whodunit definitivo.
Nombre de la rosa (Dir. Jean-Jacques Annaud, 1986)
La novela homónima de Umberto Eco inspiró uno de los grandes clásicos de los 80, pero también uno de los mejores exponentes del whodounit gracias a sus componentes históricos que abordan los esfuerzos de un monje interesado en resolver una serie de asesinatos al interior de una abadía. El filme ha sido aplaudido por sus elementos metanarrativos, con los libros como eternos guardianes de la verdad al resguardar todo lo que ya sucedió en el pasado, lo que a su vez resulta en un enfrentamiento directo entre la iluminación que brinda el conocimiento y el oscurantismo religioso. Para muchos la cinta más ambiciosa de Jean-Jacques Annaud, así como una de las interpretaciones más destacadas en la carrera de Sean Connery.
Muerte a la media noche (Dir. Robert Altman, 2001)
El cinco veces nominado al Oscar como Mejor director, Robert Altman, es responsable del whodunit más galardonado de los últimos años. Gosford Park se apoya en muchos arquetipos del subgénero y en su más impresionante ensamble que incluye a Maggie Smith, Michael Gambon, Helen Mirren, Kristin Scott Thomas, Tom Hollander, Emily Watson, Clive Owen, Stephen Fry, Charles Dance y Ryan Philippe, para trasladarnos a una elegante jornada de caza que se ve interrumpida por el asesinato del anfitrión. Este suceso hace que todos sospechen del prójimo, lo que inicia una profunda exploración de la naturaleza humana, que se olvida de la civilidad para regresar a su estado más salvaje cuando se encuentra sometida a las tensiones y la amenaza de una posible muerte.
Identidad (Dir. James Mangold, 2003)
El thriller tuvo un importante renacimiento hacia finales del siglo XX, lo que desembocó en un nuevo tratamiento del whodunit con Identidad. Diez desconocidos, interpretados por John Cusack, Ray Liotta y Rebecca De Mornay, entre otros, se ven obligados a refugiarse en un motel de Nevada ante las inclemencias del tiempo, donde van cayendo uno por uno a causa de un psicópata infiltrado entre ellos. A pesar de los antecedentes policiacos de uno de ellos, la película rompe con los convencionalismos de este tipo de proyectos al desechar la investigación en busca del culpable para centrarse en los aspectos psicológicos de los personajes centrales, lo que resulta en uno de los giros más impactantes de su tiempo.
Los ocho más odiados (Dir. Quentin Tarantino, 2015)
Las bases de Los ocho más odiados se asientan sobre el spaghetti western, pero también sobre el suspenso, lo que resulta en una fascinante combinación del oeste revisionista con el whodunit. Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Jennifer Leigh Cook, Tim Roth, Michael Madsen, Demián Bichir, Walton Goggins y Bruce Dern interpretan a ocho individuos con distintas intenciones tras los horrores de la Guerra Civil, pero que permanecen unidos por la violencia, la propensión al engaño plasmada en una falsa carta de Abraham y las infames condiciones climáticas que les obligarán a compartir techo aun cuando saben que no todos saldrán vivos del encuentro. Su elevada brutalidad no está peleada con el ingenio, al contar con toda clase de giros entre los que destaca esa aparición imposible que marca el inicio de un impactante tercer acto. Uno de los híbridos más exquisitos de los últimos años que incomprensiblemente no ha recibido todo el reconocimiento que se merece.
Asesinato en el Expreso de Oriente (Dir. Kenneth Branagh, 2017)
A nadie sorprendió que la obra maestra de Agatha Christie fuera retomada para una nueva adaptación, esta vez bajo la dirección de Kenneth Branagh, quien además tendría la responsabilidad de encarnar al Hercule Poirot de la nueva generación. Una labor desafiante que recurrió al apoyo de grandes actores como Johnny Depp, Michelle Pfeiffer, Judi Dench, Willem Dafoe, Penélope Cruz, Derek Jacobi, Daisy Ridley y Josh Gad, quienes dieron vida a los distintos pasajeros unidos por sus deseos de venganza. La intriga también se vio intensificada gracias a una serie de decisiones técnicas, entre las que destacó el elevado posicionamiento de la cámara que convirtió la escena del crimen en un auténtico tablero de juego de mesa y al público en el mayor investigador que debe recolectar las distintas pistas para tratar de resolver el crimen.
Malos momentos en el Hotel Royale (Dir. Drew Goddard, 2018)
El talento creativo de Drew Goddard y la potencia de un ensamble integrado por Jeff Bridges, Jon Hamm, Dakota Johnson y Chris Hemsworth resultaron en un whodunit fascinante. Las acciones nos trasladan a El Royale, un hotel ubicado en la frontera Nevada/California, cuya solitaria ubicación le convierte en el destino perfecto para siete desconocidos ansiosos por resguardar sus más oscuros secretos: un turbulento pasado familiar, una misión policial y una vieja vida criminal. Sus esfuerzos fracasan ante una serie de diferencias irreconciliables que, aunados a los misterios propios del inmueble, detonan una sucesión de tensiones que sólo aumentan con cada vuelta de tuerca para llegar a un destino catastrófico. No fue bien recibida por el público, pero su calidad y sus estupendos twists le dieron buenas críticas, lo que aunado a su elenco de primer nivel y su estupenda narrativa podrían darle acceso al culto.
Entre navajas y secretos (Dir. Rian Johnson, 2019)
La película, protagonizada por Daniel Craig, Jamie Lee Curtis, Toni Collette, Michael Shannon, Chris Evans y Ana de Armas, entre otros, nos lleva al centro de una vieja residencia familiar cuyos integrantes actúan sospechosamente ante el aparente suicidio de su patriarca, lo que no pasa desapercibido para un investigador privado contratado bajo circunstancias igualmente misteriosas. Una premisa arquetípica en muchos aspectos, pero que rompe varios de los mayores convencionalismos del subgénero gracias al talento de Rian Johnson, quien manipula al espectador con una narrativa que alcanza sus mayores giros en el argumento a partir de la verdad, una verdadera ironía para un cine generalmente sustentado sobre el arte del engaño. Mención aparte para el detective Benoit Blanc, brillantemente interpretado por Craig, cuyo trabajo resulta en un divertido homenaje a los viejos detectives, caracterizados por su excentricidad más que por su oscuridad.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.