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CRÍTICAS

13 Reasons Why, temporada 2 – Crítica

23-05-2018, 2:45:21 PM Por:
13 Reasons Why, temporada 2 – Crítica

Nuestra crítica de la segunda temporada de 13 Reasons Why de Netflix. Cada episodio se esfuerza por justificar su existencia, pero no lo logra del todo.

Cine PREMIERE: 2.5
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Llegó la segunda temporada de 13 Reasons Why a Netflix. ¿La necesitábamos? ¿Complementa, suma o desestabiliza todo lo que ya sabíamos sobre la historia de Hannah Baker y los estudiantes de la escuela Liberty High?

Todo comenzó hace un año con la adaptación de la novela young adult de Jay Asher, y su premisa misteriosa: al regresar de la escuela, Clay encuentra en la puerta de su casa una caja con cassettes. Cada audio explica una de las trece razones distintas por las cuales su amiga Hannah Baker se suicidó… y todo está narrado por ella.

Rabia. Impotencia. Miedo. Angustia. Incomodidad. Desesperación. Sensibilización. Conciencia. Todos estos son temas que la serie tocó y con los cuales logró trascender la pantalla, pues detonó una gran ola de conversación entre los espectadores sobre el suicidio, el bullying, la violación y el acoso. Aprovechando el éxito, Netflix ordenó una nueva temporada con el pretexto de retratar la demanda en contra de la escuela por parte de los papás de Hannah Baker, así como los testimonios de los implicados en el caso.

El resultado de esta segunda parte lo podemos dividir en dos: por un lado, la importancia de seguir hablando de estos temas, de retratarlos de manera veraz y sin caer en la vulgaridad o el morbo. Por otro lado, la ejecución fallida y los pretextos insuficientes y exhaustivos que utilizaron para contar la historia.

“Hablar al respecto es mucho mejor que el silencio”. Éstas fueron las palabras del creador de 13 Reasons Why, Brian Yorkey, en una entrevista con Vulture respecto a la reciente petición de algunos espectadores de cancelar el show. Esta reacción surgió desde la primera temporada por la descripción gráfica del suicidio de Hannah Baker. Y en la segunda, a raíz de una escena en la que un joven es agredido sexualmente por otro. ¿Se necesita encontrar un punto medio para retratar estos temas y no herir susceptibilidades? Una escena en la que sólo se escuchen gritos o gemidos de dolor no tendría el mismo impacto que una escena explícita. La segunda temporada sigue promoviendo esto, advirtiendo y previniendo al espectador antes de hacerlo. Porque la historia podrá desarrollarse a partir de una ficción, pero los casos de bullying y sus consecuencias son reales. Seguir hablando de estos temas permite que la audiencia conozca o reconozca realidades que se viven allá afuera. La conversación seguirá generándose, pero la nueva temporada falla en el cómo.

La estructura de la primera temporada está construida a partir de los cassettes y de la persona en cuestión a la que Hannah le dedica el audio. Incluso los episodios de la serie llevan por título: “Cinta 1, lado A” o “Cinta 1, lado B”. Uno como espectador va descubriendo por qué Hannah culpa a cada uno de su muerte.

La estructura de la segunda se construye a partir de los testimonios en el juicio. Como son historias que ya conocemos gracias a los cassettes y a los flashbacks de la primera temporada, cada episodio de la segunda se tiene que esforzar por justificar su existencia. Cada testimonio provee un pedazo nuevo de información sobre lo que ya había contado Hannah para tener algo nuevo qué decir y con qué enganchar al espectador. ¿Pero eso podría de alguna manera modificar el destino de Hannah? No. Entonces ¿cuál es el punto de revelar información extra como en una serie policial? ¿Revelar un misterio? ¿Dudar sobre todo lo que Hannah contó en la primera? La incoherencia máxima sucede cuando uno de los estudiantes revela que durante todo el verano mantuvo un romance intenso con Hannah. Pero nunca se lo contó a nadie. Y Hannah jamás habló de eso en sus cintas… Una cosa es ofrecer nuevas perspectivas y puntos de vista si estamos ante una narrativa complicada. Pero ¿para qué agregar capas que eliminen la lógica emocional de lo que ya conocíamos? Como único lado positivo sobre este punto, los testimonios y las historias en su versión extendida le otorgan más participación a ciertos personajes que desarrollan de manera más profunda su arco dramático. Gracias a esto hay tres nombres cuya actuación y desempeño es extraordinario en esta segunda temporada, porque se puede odiarlos fuertemente o sentir empatía por ellos: Justin Prentice (Bryce Walker), Miles Heizer (Alex Standall) y Brandon Flynn (Justin Foley).

Además de la información de relleno, hay otro elemento fuera de lugar cuya inserción se siente totalmente forzada: el propio personaje de Hannah Baker. En la temporada pasada, ella aparecía únicamente en los flashbacks. Ahora, además de ser un recurso que ayuda a recordar el pasado, pasó a invadir la vida de Clay como un fantasma à la Ghost Whisperer con el que puede platicar y hasta decirle sobre lo que opina sobre sus gustos en mujeres. ¿Era necesario forzar la presencia de Katherine Langford de esa manera?

Por último, esa delgada línea entre retratar los temas fuertes de manera veraz y gráfica sin caer en el morbo termina descontrolándose en dos ocasiones. Primero, con el escarmiento continuo hacia los personajes, colgando fotos para exponerlos, muñecos ahorcados, insultos por doquier, balas en los casilleros, golpes… Recursos que terminan saturando y elevan el nivel de violencia al grado de volverse vulgar para el espectador. Y segundo, hacia el final de la serie con la cantidad de temas de violencia y problemáticas que se tocan. Y es que si el espectador está enfrentándose a esto, necesita poder respirar y digerir lo que ve.

La segunda temporada de 13 Reasons Why intenta justificar su existencia continuamente, pero no termina por lograrlo. Eso sí, deja la puerta abierta para una tercera temporada.

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autor Periodista, conductora y creadora de contenidos. Trabajó más de tres años en Cine Premiere y actualmente es periodista independiente y cubre temas relacionados con cine y series para sus canales personales. También es colaboradora en Spoiler Time, Cinépolis, CinemaNET y Ruido Blanco FM. Si fuera una caricatura sería Mabel de Gravity Falls.
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