El talento de Cate Blanchett le ha llevado a ser considerada la gran sucesora de Meryl Streep . Sin embargo, hay quienes creen que su potencial es aún mayor y que sus dotes están al nivel de grandes estrellas hollywoodenses como Katharine Hepburn y Vivien Leigh.
Esto se debe a su capacidad para interpretar toda clase de personajes, que van desde grandes soberanas hasta temibles villanas de comics inspiradas en la mitología nórdica, pasando además por las mayores leyendas del cine y la música.
A continuación las mejores películas de Cate Blanchett .
Babel (Dir. Alejandro González Iñárritu, 2006)
El cierre de la Trilogía de la muerte de Alejandro González Iñárritu emuló lo hecho por sus antecesoras al explorar diversas historias entrelazadas por la tragedia, pero con la particularidad de que sus protagonistas se ubicaban en distintos países del mundo. Una de las más potentes fue la protagonizada por Brad Pitt y Cate Blanchett, quienes encarnan a una pareja con problemas maritales cuyas vacaciones en Marruecos son brutalmente interrumpidas por el impacto de una bala perdida que deja gravemente herida a la fémina. No es el trabajo más demandante de la actriz, pero igualmente se luce al capturar el dolor de una mujer que sufre por sus heridas físicas, pero sobre todo por la exasperación de saber que sus numerosos errores podrían quedarse sin resolver por una muerte inesperada. La Academia no consideró la labor de la australiana, pero su talento fue clave para que Alejandro González Iñárritu cosechara las dos primeras nominaciones de su carrera en las categorías de Mejor película y director.
El curioso caso de Benjamin Button (Dir. David Fincher, 2008)
La adaptación del cuento homónimo escrito por F. Scott Fitzgerald incorpora elementos del drama, el romance y la fantasía para dar una de las cintas más conmovedoras del siglo XXI, sobre un hombre cuyo envejecimiento invertido le impide vivir al lado de la mujer que ama. La fémina en cuestión fue brillantemente interpretada por Cate Blanchett, quien construyó un personaje que cambia, evoluciona y se adapta con el paso de los años y los sucesos experimentados durante las distintas etapas de su vida. A pesar de los retos propios de esta labor, el trabajo de Blanchett no fue reconocido por la Academia que ni siquiera se molestó en darle a la cinta una de las 13 nominaciones por las que compitió. El destino no fue más favorecedor para su coprotagonista Brad Pitt, quien compitió en su terna, pero presuntamente fue desechado al considerarse que su labor pudo verse apoyada por los efectos digitales usados en su caracterización.
Manifesto (Dir. Julian Rosefeldt, 2015)
No pasó mucho tiempo para que el público y la crítica dijeran que Cate Blanchett tenía lo necesario para encarnar a cualquier personaje. Esta afirmación se tornó incuestionable con Manifesto, donde la actriz interpreta 13 personajes distintos que realizan monólogos de diez minutos sobre diferentes movimientos políticos y artísticos. La falta de historia no facilita la labor de la actriz, pues la ausencia de personajes secundarios y el deliberadamente tibio trabajo de caracterización hacen que la atención se centre completamente en ella, quien debe apoyarse única y exclusivamente en sus dotes para dar credibilidad a más de una docena de personajes que no coinciden en sus situaciones personales, laborales, sociales, ni temporales. Tuvo una distribución muy limitada y pasó virtualmente desapercibida por la temporada de premios, lo que poco importa para un proyecto que nunca buscó la popularidad, sino la concepción de una experiencia cinematográfica única y profunda.
Escándalo (Dir. Richard Eyre, 2006)
Uno de los papeles más controvertidos de toda la carrera de Cate Blanchett: una maestra envuelta en una relación con un chico de tan solo 15 años y delatada por una veterana compañera que se siente atraída por ella. El estupendo guion escrito por Matrick Marber quizá no habría contado con el mismo reconocimiento sin la australiana y su coprotagonista Judi Dench, cuyos talentos reunidos proporcionaron dos de las actuaciones más aclamadas durante la temporada de premios, en la que destacaron sus respectivas nominaciones al Oscar. Aunque la cinta cerró un 2006 redondo para Blanchett, también abrió un debate entre sus aficionados, quienes han batallado por definir cuál fue su mejor trabajo del año: Babel recibió más atención como un proyecto conjunto, mientras que Escándalo le permitió brillar más en el aspecto individual. ¿Ustedes con cuál se quedan?
Mi historia sin mi (Dir. Todd Haynes, 2007)
Uno de los biopics musicales más desafiantes de todos los tiempos, que se apoyó en seis actores de enorme talento para capturar los diferentes rostros de Bob Dylan. Tal fue el caso de Cate Blanchett, cuyas dotes le permitieron convertirse en la única mujer de la selección, la encarnación insignia del filme –hoy es imposible visualizarlo sin ella– y su elemento más aplaudido al representar la única nominación al Oscar para todo el proyecto. La cinta también fue determinante en su futuro histriónico, al representar su primera colaboración con Todd Haynes, con quien se reencontraría varios años después en Carol (2015), donde interpretó uno de los papeles más icónicos de su carrera. Más importante aún, su trabajo demostró que la actriz estaba en un plano histriónico superior que le permitía interpretar literalmente cualquier papel sin distinción de género, lo que eventualmente le llevó a la desafiante Manifesto (2015).
Trilogía El Señor de los Anillos (Dir. Peter Jackson)
Cate Blanchett sólo acumula unos minutos en la trilogía de El Señor de los Anillos, tiempo suficiente para dar una excelente actuación en el papel Galadriel. La australiana demostró un enorme talento al momento de interpretar un personaje que conoce como pocos la necesidad urgente de terminar con el Anillo Único, pero que tiene la experiencia y la sabiduría necesaria para saber que el más mínimo error condenará la misión, lo que la lleva a transmitir paz y consuelo a los héroes encomendados a concretarla. Aunque no obtuvo reconocimientos individuales por su trabajo, fue pieza clave en el que ya es considerado uno de los mejores ensambles en toda la historia del cine y acreedora al cariño de un público que no tardó en convertirla en uno de los grandes referentes de la saga y de todo el género fantástico.
El aviador (Dir. Martin Scorsese, 2004)
Las doce nominaciones al Premio de la Academia que resultaron en cuatro estatuillas, dos de ellas consecutivas, convirtieron a Katharine Hepburn en la actriz más importante en toda la historia de Hollywood. Martin Scorsese rescató su leyenda para El aviador, inclinándose por el talento de Cate Blanchett para el papel. No fue una labor sencilla, pues la australiana debía capturar la humanidad del mito fílmico sin sacrificar su condición de inalcanzable. Lo logró con creces, al grado que terminó adueñándose de casi todas sus escenas, una labor nada sencilla si consideramos que compartía créditos con el no menos talentoso Leornardo DiCaprio. Esta labor le valió el primer Premio de la Academia de toda su carrera, convirtiéndola además en la primera persona en ganar una estatuilla por la interpretación de un ganador del Oscar en la vida real. Sin duda, una de las más exquisitas muestras de metanarrativa cinematográfica de todos los tiempos.
Elizabeth (Dir. Shekhar Kapur, 1998)
Cate Blanchett ya había demostrado su calidad en Oscar y Lucinda (1997), pero su consolidación no llegó sino hasta el año siguiente con Elizabeth. El biopic aborda el ascenso de Isabel en una Inglaterra aquejada por conflictos económicos, amenazas externas y crisis religiosas, pero sobre todo por las medidas que la llevaron a convertirse en la soberana más influyente en toda la historia del país europeo. Apoyada en un gran elenco que incluyó a Geoffrey Rush, Richard Attenborough y Joseph Fiennes, y por un brillante trabajo de caracterización, la película representó la primera nominación al Oscar para la australiana y su posicionamiento entra las actrices más talentosas de su generación, un sitio que sigue ocupando hasta la fecha. Retomó al personaje casi una década después en una secuela de menor nivel, pero suficiente para cosechar la que en su momento sería su quinta nominación. A la fecha, su versión sigue siendo considerada la encarnación definitiva de la soberana.
Carol (Dir. Todd Haynes, 2015)
La adaptación de la novela El precio de la sal de Patricia Highsmith no tuvo el mejor paso por la temporada de premios: múltiples nominaciones, pero un mínimo de reconocimientos, tendencia que se reflejó perfectamente en los Premios de la Academia donde no cosechó una sola estatuilla de las seis ternas para las que fue considerada. Esta falta de galardones no impidió que el público y la crítica le consideren uno de los mejores dramas románticos del celuloide, así como uno de los filmes más destacados en toda la carrera de Cate Blanchett. Más curioso aún es que la actriz lograra este impacto sin siquiera protagonizar la cinta, sino como una mujer que sin grandes aspavientos termina convirtiéndose en el amor clandestino de una joven vendedora interpretada por una no menos brillante Rooney Mara. Ambas actrices fueron nominadas al Oscar por sus respectivas interpretaciones, destacando que Blanchett fue inscrita en la categoría principal y Mara de reparto, cuando realmente debió ser a la inversa. De haber sido así, muy probablemente hubiera sido la tercera estatuilla para la australiana.
Jazmín azul (Dir. Woody Allen, 2013)
Woody Allen es un experto en la construcción de personajes fallidos, siendo Jasmine Francis uno de los más peculiares, pero también uno de los más exitosos. Una mujer arrogante que no pierde oportunidad para humillar a su hermana y exaltar su aparente superioridad ante los demás, cuando realmente se encuentra sola y en una profunda crisis interna. Podría ser detestable, de no ser porque Cate Blanchett la impregnarla con un toque de fragilidad que la hace lo suficientemente entrañable para que el público no sólo se preocupe por ella, sino que se compadezca de su desgracia. Esta estupenda labor le valió el segundo Oscar de su carrera y resultó en uno de filmes más aclamados en la obra de su realizador.
Luis Miguel Cruz Algún día me uniré a los X-Men, la Alianza Rebelde o la Guardia de la Noche. Orgulloso integrante de Cine PREMIERE desde el 2008.