The Walking Dead: The Suicide King

Advertencia: Esta crítica contiene spoilers

Tras los ocho primeros episodios de la tercera temporada de The Walking Dead en 2012, a millones de fans nos quedó claro que el equipo liderado por Glen Mazzara (quien reemplazó a Frank Darabont) era capaz de mantener un nivel de adrenalina elevado, sin descuidar la narrativa que atrajo a muchos nuevos seguidores en las primeras dos temporadas.

¿Evidencias? Los 12.3 millones de televidentes registrados por AMC en Norteamérica para la transmisión de “The Suicide King” el pasado domingo –récord sin precedentes contra los 10.9 millones que vieron “Made to Suffer” el pasado mes de diciembre– estaban ansiosos por ver en qué resultaba la pelea entre los hermanos Dixon. ¿Habría más consecuencias tras la alucinación de Rick con un falso Shane?

Ayer pudimos ver en Latinoamérica el inicio de la segunda parte de la temporada 3 de The Walking Dead y, a título personal, me dejó con sentimientos encontrados. La breve pelea entre los Dixon –con un repentino e inesperado rescate por parte del equipo de Rick– nos dejó “picados” con la tan esperada batalla, y curiosos por saber si verdaderamente Merle está trabajando de encubierto para El Gobernador. Phillip (David Morrisey) es aterrador a ratos, pero espero que ése período de ausencia entre el ataque y la mañana siguiente se explique posteriormente, pues a no ser que haya estado enterrando a su hija zombie (la que “asesinó” Michonne) y cambiando sus vendas, queda a deber el por qué no se preocupó por los habitantes de Woodbury ante una posible brecha que permitiera entrar a los invasores, y posteriormente (como de hecho sucedió) a los zombies.

Los habitantes de Woodbury –aunque en su mayoría personajes irrelevantes, pero importantes como una comunidad– quedaron a deber en solidez de actuaciones. Tanto sus gritos y vítores en la arena zombie, como sus reacciones ante la infiltración zombie y el discurso de Andrea resultan poco creíbles. Ojalá se cuide más estos detalles a nivel dirección.

Lo mejor del episodio, sin duda, la atención a Carol como personaje en todos sus aspectos. Tanto en papel de madre con reciente pérdida, potencialmente abandonada por su interés amoroso y hasta como una posible figura materna para el pequeño Carl, la interpretación de Melissa McBride y el guión que se le otorgó funcionan de manera magnífica. Su escena con Carl, la charla sobre Sofía con Beth y su reacción ante la noticia de Daryl con Rick son estupendas. ¡Queremos más de este personaje!

El hastío de Glenn (Steven Yeun) ante las decisiones de Rick -incluyendo la tentativa de llevar a Merle con el grupo- queda patente y muy bien interpretado, y es una de las escenas clave (junto con las reacciones de Hershel y Tyreese) que sustentan la preocupación del grupo de la prisión por la continuidad de Grimes como líder. La escena cúspide del episodio donde Rick pierde la cordura con la aparición de una Lori zombie que sólo él ve, genial. Merle y Daryl se separan del grupo… ¿no los hizo pensar un poco en The Walking Dead: Survival Instinct, el videojuego que prepara Activision?

¿A dónde llegará la culminación de esta temporada con el nuevo cambio creativo en la serie? ¿Dejará de ser Michonne un personaje innecesariamente mudo y poco útil para el grupo (totalmente contrastante con el cómic)? ¿Harán algo los escritores con la incongruente actitud de Andrea y sus discursos absurdos? Seguramente tendremos algunas de estas respuestas el próximo martes, cuando Fox transmita “Home”, en punto de las 10 de la noche (hora de México).

¡No se lo pierdan!

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Julio Vélez Colaborador en web y revista Cine PREMIERE desde 2006. Me especializo en anime/manga, comics, doblaje, tecnología y videojuegos. Mis sagas favoritas: Doctor Who, Star Trek, Dragon Ball y Star Wars. Batimaníaco, geek ochentero y hardcore gamer.